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POLÍTICA Y CULTURA

“Falta de prudencia”, ¡y algo más…!

Mi amigo personal, Reinaldo Pared Pérez, presidente del Senado, ha dicho que es una “falta de prudencia” que a través del Plan Social de la Presidencia se intente repartir electrodomésticos y otros enseres del hogar a ocho días de los comicios municipales y aproximadamente tres meses de las presidenciales y congresuales. Dijo que la acción de intentar justificar la entrega de esos artículos a personas pobres no fue la correcta, tras lamentar la difusión de audio de Iris Guaba, directora del Plan Social de la Presidencia, donde se escucha bajando una “línea” ordenando atacar a los periodistas que condenan esa práctica. Juan Bosch que es y será siempre un referente ideológico importante en las luchas democráticas del pueblo dominicano, independientemente de los procesos coyunturales, por su capacidad y valores éticos, señaló que en nuestro país no había una clase gobernante, por la insuficiencia orgánica de sus dirigentes, con conciencia para sí en interrelación social con objetivos y estructura de mando.

Y así hemos recorrido los siglos 19, 20 y parte de éste, en medio de una orfandad cuasi absoluta de métodos y organización, unos y otros, rindiéndole culto a la espontaneidad, a las diversas formas reproductoras del caudillismo, de la línea vertical de mando ausente de vocación crítica y mecanismos de consulta reales, dando como resultado un Estado esencialmente débil en términos institucionales, con maquetas modernas y pos modernas, sin el menor rango de estructuración sociológica en ningún nivel de la superestructura, donde floretean burócratas y servidores sustentados en la inercia del pensamiento crítico. El éxito no se mide por la eficacia de las estadísticas, al margen del ser social. Hay que crear una categoría superior de responsabilidades, de desmonte del viejo hombre, de sus formas de hacer políticas públicas, donde se prioriza al tarado politiquero, eje consumista de las campañas electorales. Ante el abandono de la lectura crítica y sociológica del Estado, asistimos a espectáculos como el comentado por el Presidente del Senado de la República.

Saltos espectaculares propios del circo social y político de nuestras Repúblicas, permiten la asunción de cargos públicos, a personas cuyas utilidades están circunscriptas a otras iniciativas de rentabilidad propia, pero jamás de funciones del Estado, donde debe haber un requerimiento mínimo para ejercerlas. De ahí la anomia del Estado y sus debilidades troncales. Así se le falta el respeto a la inteligencia, a la par que se produce un desvío de responsabilidades y se valora la lealtad perruna que debilita y vicia el Estado.

Reinaldo Pared Pérez ha ejercido un punto de vista que no puede ser soslayado. La falta de prudencia en el Estado reviste una gravedad absoluta en casos como el que comentamos. No nos referimos a la directora del Plan Social como persona, sino a una práctica constante en todos los gobiernos, de llevar a posiciones de entidades gubernamentales, a seres cuyos éxitos privados, no constituyen garantía de equilibro y confianza en las dependencias del Estado dominicano.

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