El policía bueno..

Los tres funcionarios acudieron al salón de prensa palaciego a cumplir con la encomienda presidencial de informar sobre una solución convenida en un área de Bahía de las Águilas con reclamantes poseedores de documentos alegadamente legales, entre quienes se encontraban financiadores de campaña y políticos de diversos litorales.

Periodistas y abogados dedicados a la comunicación, asistentes denunciaron el acuerdo y el presidente Danilo Medina reculó, convocando a juristas a su despacho que le habrían “aclarado todo” sobre la operación, quedando los tres altos cargos ante el país como unos bribones que engatusarían al mandatario. Supe que los tres se le quejaron. Conservaron sus cargos porque evidentemente la iniciativa no era de ellos.

Medina fue aplaudido, iniciándose un proceso legal que concluyó en diciembre de 2018 a favor del Estado. Hace varias semanas fue anunciado un plan para la explotación turística del extremo suroeste, que espera por una licitación internacional. El mandatario finalizará su mandado si se concretara la consigna que repitiera durante años: “Llegó la hora del Sur”.

Con el reclamo de la preservación de Loma Miranda como Parque Nacional, pasó una historia parecida: el Ministerio de Medio Ambiente negó el permiso a la Barry, luego de un estudio de sus técnicos y un informe negativo del PNUD, pese a la amenaza de que “de esa explotación dependía el futuro de la empresa en el país. El Congreso Nacional mediante ley decidió convertir en parque nacional el lugar, pero el Poder Ejecutivo lo observó, alegando inconsistencias constitucionales y compromisos internacionales. El Senado, pese a que semanas antes lo había aprobado con un solo voto en contra, acogió el rechazo presidencial y la ley reposa en la morgue congresual, mandando la solución definitiva al día que se apruebe la legislación sobre ordenamiento territorial.

(Igual situación ocurrió con relación a las tres causales para interrupción del embarazo en el Código Penal que narré en un artículo anterior: un Senador postrado ante el Poder Ejecutivo ante leyes, presupuestos, préstamos y reformas constitucionales, de repente se “envalentona” y rechaza las observaciones presidenciales. La Cámara de Diputados las acepta y... al limbo).

El caso más reciente es el de la autorización dada por el ministro de Medio Ambiente, Ángel Estévez para la construcción de un hotel dentro del Parque Nacional Cotubanamá, luego de consistentes negativas de cinco incumbentes en los últimos 20 años. Incluso, existe una resolución de quien precedió a Estévez que es taxativa respecto al impedimento. (En Valle Nuevo, Estévez, productor agrícola, venido del Ministerio de Agricultura, echó atrás decisiones que protegían la zona de la explotación indiscriminada).

Imposible, que Medina, excesivamente centralizador en la gestión de gobierno, ignorara una decisión trascendente y con reparos entre los técnicos del ministerio, y es solo cuando llueven las quejas de ambientalistas y medios de comunicación, tras el anuncio en FITUR del propio beneficiario de la autorización y divulgación de imágenes de daños ecológicos, que el mandatario ordena detener la obra del empresario Pepe Hidalgo, propietario de Air Europa.

Medina dispone que una comisión haga una investigación integral de las normas legales y compromisos internacionales del país en materia medioambiental, pero, y fue la queja general, incluyó a Estévez entre los que indagarían el ecocidio.

Estévez conserva el puesto de Ministro y está en la comisión, por las mismas razones que permanecieron en sus cargos los funcionarios del caso Bahía de las Águilas.