Fe y civismo

Lo que pudo haber sido un día cargado de manifestaciones cristianas con la veneración de nuestra Patrona de la Altagracia, fue manchado por la dolorosa presencia del vudú y el creole; y en el día del natalicio de nuestro Fundador, Juan Pablo Duarte, la ausencia de un ferviente nacionalismo con banderas ondeando los hogares dominicanos.

Reflexionemos con preocupación en la urgente rectificación del camino de nuestra sociedad, exaltando la figura del Patricio forjador de nuestra nacionalidad; reverenciando nuestro Himno Nacional, símbolo sonoro de la Patria y voz de la dominicanidad; el Juramento Trinitario y su lema: “Dios, Patria y Libertad”, con el compromiso ante Dios y el mundo de hacerlo bien para que Él nos proteja, o de lo contrario, que mis conciudadanos me castiguen el perjurio y la traición si los vendo.

Elevemos pues una plegaria a la Virgen para el fortaleciendo de nuestra fe cristiana y el fervor patriótico de reconocer al símbolo de nuestra libertad y soberanía, Juan Pablo Duarte, quien juró como Trinitario, “la separación definitiva del gobierno haitiano y la implantación de una república libre”... ¡Por siempre!