El cuadro se pinta solo

No hay que hablarlo ni elaborarlo de común acuerdo, el cuadro se va pintando solo y lo que se lleva visto mueve a preocupación.

Leonel Fernández quiere reducir la credibilidad de la Junta Central Electoral a su mínima expresión, poniendo en entredicho cada una de sus disposiciones.

El Tribunal Superior Electoral no disimula y los medios se dan cuenta de que favorece La Fuerza del Pueblo, pues no toma y deja, sino que todo lo falla en su beneficio.

Luis Abinader no advierte la circunstancia de que tiene la mesa servida y quiere mantener a Fernández sobre el cuadrilátero, creyendo que es verdad que las agrias no se pagan.

¿Qué significan esas situaciones envueltas en papel de estraza?

Fernández ejerce influencias sobre Abinader, y nunca será para beneficiar su causa, sino dañarla y aprovecharse, pues del capricho a la maldad no hay mucho trecho.

Objetará el resultado de las municipales, el PRM le hará coro y habrá crisis, pues la FP todavía no es gente y no podrá tener grande desempeño en las elecciones de febrero.

Moderno por su parte levanta expectativas, aunque su trabajo a nivel de los municipios no tiene profundidad y en apariencia el oficialismo lo supera en espacio.

¿Qué gana el PRM con andar de la mano de FP pidiendo, reclamando, demandando, si puede hacerlo por sí solo y con ganancia propia?

Fuera de confirmar o reiterar la alianza entre Leonel Fernández y Luis Abinader, el documento firmado por Manuel Crespo y Orlando Jorge no sirve más que para hacer ruido.

El delegado político del PRM asiste a todas las reuniones que convoca la Junta Central Electoral, en tanto que el delegado político de FP no va a ninguna.

Como si el organismo no existiera o no le importara lo que hiciera o dejara de hacer. ¿A qué incordiarla ahora con otra auditoría, si hay una en curso, o por qué el PRM se presta a un juego poco noble?

Insondables misterios de la política, colindancias extrañas o como leerse la suerte sin ser gitano.