Hacia un 2020 de salud fortalecida

Esperanzados indicios generan las declaraciones del Ministerio de Salud Pública y del Servicio Nacional de Salud (SNS) respecto a los objetivos priorizados de sus POAs (Plan Operativo Anual) respectivos para el año 2020.

En ese instrumento, guía de la gestión, esas entidades priorizan las tareas que para reducir la Mortalidad Materna e Infantil (MMI) diseñó y puso en práctica el organismo rector de la salud a inicios del pasado año.

Las declaraciones del SNS indican una fuerte alineación estratégica a tales fines, que se espera no desborden ni disminuyan en este año intensamente político y sanitariamente riesgoso.

La Alianza Nacional para la Reducción de la MMI de Salud Pública da buenos resultados. Tan sólo en los hospitales públicos, en el 2019, la tasa de MMI cayó sobre el 20%, logro a celebrar y a sostener.

La identificación de embarazadas y su consiguiente apoyo y seguimiento pueden afectarse por obstrucciones burocráticas y desidias que es aconsejable mantener en la mira.

Importante es que, ante los embates fortísimos con que los fenómenos climáticos impactaron el país en el 2019 y ante nuevas autoridades en el Colegio Médico, se fortalezca la decisión de ampliar esta comprobadamente útil estrategia de reducción de esos indicadores tan renuentes a bajar, o producto de condiciones económico-sociales que tanto las propician: MMi, Dengue, Malaria, Leptospirosis, Cólera, Rabia humana, Difteria...

El año electoral, el previsible cambio de Ejecutivo, los riesgos sanitarios que alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el “huelguismo” médico probable, pueden complejizar la situación sanitaria, obligando a aprovechar las oportunidades que la coyuntura brinda: fortalecer temprano las alianzas sociales vinculantes a la salubridad.

Los ayuntamientos, las autoridades regionales del Ministerio de Medio Ambiente, las organizaciones e iglesias de base, las asociaciones regionales y la gente son valiosos colaboradores para una ampliada Alianza Nacional para la Reducción de la MMI y otros indicadores: re-motivada, extendida y re-avituallada.

La actual asignación presupuestaria a salud supera en más del 22% la del año 2019: condición favorable para consolidar esa coordinación y legarla como estructura Ad-Hoc. El objetivo: sanear focos infecciosos y fuentes contaminantes; eliminar vectores transmisores; curar infectados, evitando sus muertes, siempre.

Las geo-localidades en riesgo las establecen los indicadores de vigilancia de afecciones de la DIGEPI. Dirigid hacia allá la táctica preventiva de Salud Pública óde prevención se trata. La presencia del SNS es importante para aportar valor a la atención y gestión hospitalarias en proceso de mejora. Los descensos comunitarios deben cuidar tintarse de proselitismo oportunista pues generaría más rechazo que colaboración.

Corresponde al Ministerio redimensionar tal alianza: integrando actores y colaboradores; diseminando recursos; promoviendo acciones y ejerciendo el control sobre la calidad de los procesos. Lo manda su deber ser.

El POA del SNS evidencia su enfoque a mejorar más la calidad del servicio, velando por una atención eficiente y humana luego de la amplia inversión del Presidente en infraestructuras tecnológicas, humanas y físicas en los hospitales. Lograrlo exigirá conquistar la participación de los médicos y del personal a favor de los usuarios.

La salud está ante un gran y fascinante reto.