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ORLANDO DICE...

A favor y en contra

Situaciones que se dieron meses atrás afectaron la imagen de República Dominicana y dañó -aunque fuera momentáneamente- el turismo, según se pudo comprobar con estadísticas.

Lo lógico era que el país reaccionara, pues fue evidente que se trató de una conspiración de naciones y empresas que entienden que sus pares dominicanos se estaban comiendo los caramelos.

Incluso se demandó, y no solo los sectores perjudicados, sino núcleos diversos de la economía, ya que hay situaciones que deben considerarse de conjunto.

La política entonces entró al ruedo, porque la política no duerme y ve en cada circunstancia una oportunidad y provecho.

Agentes del gobierno o aliados o cercanos dejaron entrever por los medios a su disposición, que detrás de las ocurrencias o de las publicaciones estaba la mano negra de sus oponentes más inmediatos.

Nunca se sabe, y nunca se supo, pero la flecha fue lanzada al aire, y como bala perdida tenía que bajar, y bajó. Ahora que el gobierno financia una cruzada que busca contrarrestar la oleada de informaciones falsas y descalificación, promoviendo valores y enalteciendo virtudes, le cobran la impropiedad o el ataque anterior.

Un reportaje aparecido en una publicación argentina fue punto de mira. Lució interesado, muy cargado, y sin pensarlo dos veces, se rastreó la pluma, y era de ganso. Como igual debe serlo otro de un importante periódico norteamericano, en que se destaca la cotidianidad cultural dominicana. Esto es, turismo puro. No me atrevo a meter en el paquete las declaraciones de Bill Clinton, porque es un habitué y conoce de años al dominicano y lo dominicano. Aunque sí destacar que mientras jugaba golf en Río San Juan, en Santiago, su esposa Hillary visitaba el Centro León y asistía a la exposición en honor de Oscar de la Renta. Amigo de ambos. El gobierno por tanto está haciendo lo que le pidieron que hiciera y que conviene al país: mostrar lo bueno, y que de lo malo se ocupen la competencia y la oposición. La política tiene eso a su favor, dos caras, y como moneda, doble cambio.

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