Retos y expectativas

Terminaron las vacaciones. Tras el asueto de la Navidad, el inicio de cada año plantea retos y genera expectativas, sobre todo en un año de elecciones, en un proceso complicado con dos o tres convocatorias de votaciones: la primera en febrero, otra en mayo y, podría ser, una tercera el 28 de junio, si hubiera segunda vuelta.

Un proceso electoral que nos supone una gran inversión económica que no tenemos, porque lo que destinamos ahora a la política tenemos que restarlo a las inversiones -precariamente cumplidas- que demanda la sociedad. Nos sorprende el año con las tensiones internacionales: tambores de guerra EEUU-Irak, Maduro frente a Guaidó en Venezuela, violentos temblores de tierra en Puerto Rico.

Nuestro gran reto es lograr la realización transparente, democrática, aceptable de los procesos electorales que tenemos por delante en este 2020 y que, sin dudas, representará un cambio significativo en las estructuras de poder, de arriba hacia abajo. Habrá un cambio de gobierno -Danilo no es candidato y por tanto otro será el Presidente- aún el ganador sea el candidato del PLD. Habrá cambios en la composición de las cámaras legislativas y en los ayuntamientos. Habrá de licenciarse del escenario político, con capacidad de elección, dirigentes de la talla de Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y algunos otros. Habrá cambios importantes en el manejo de la economía, dado el escenario de guerra, comercial y bélica, a que nos aboca las políticas de Estados Unidos.

Un año difícil, como todos, pero no imposible de sobrepasar.