El can de las encuestas

El gobierno no se aguanta las ganas y desde el segundo día del nuevo año está ofreciendo los números de sus encuestas sobre candidatos municipales.

La tarea la empezó a finales del año pasado, y alguna razón tendrá para apresurarse e írsele alante a la oposición, que también hizo sondeos, pero no los publica.

No hay que ser genio o muy inteligente para darse cuenta de que el oficialismo publica los porcentajes que le favorecen o en lugares en que supera a sus oponentes.

Tampoco hay que ser agudo para apreciar que el propósito no solo tiene en mente al PRM, sino también a La Fuerza del Pueblo.

E incluso, si no fuera exagerado, más al segundo que al primero, pues las municipales constituirán una real medición, con voto directo y no opinión, para determinar la correlación.

Los oficialistas que manejan datos aceptan que Luis Abinader está por encima de Gonzalo Castillo, pero no que el PRM sobrepasa al PLD.

En un tiempo el PLD tenía el doble del PRM y según cálculo interesado el núcleo disidente no arrastró más que un 6 o 7 por ciento.

El asunto por tanto queda en decires.

La provocación del gobierno podría tener un efecto plausible: que los partidos se pongan en las municipales, pues se nota, no dejadez, pero sí descuido.

Como si la consulta no fuera importante.

Una discusión marginal y de poco fondo pone en duda que el resultado de los comicios de febrero repercuta en los de mayo. Que las alcaldías sean un preludio de la presidencia de la República.

Las pruebas son pruebas, y las ganará quien tenga mejores condiciones o se afane más y haga el trabajo. El sector que pueda mover más gente a las urnas tendrá mayores posibilidades.

No puede perderse de vista de que la circunstancia será igual para todos, y que no se dará la situación de las primarias, que fueron abiertas y cerradas.

En las municipales todo será abierto y el rendimiento del voto en su conjunto definirá el triunfo. Entretanto que sigan las encuestas y cada cual comparta números.