Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

El origen económico de los retos en salud

Algunos presentan el sistema de salud dominicano conflictuado in extremis debido a la baja asignación presupuestaria al Ministerio de Salud, señalando una partida que se ha mantenido en valores más o menos estables en los últimos años, indexándose solo a la variabilidad de la Tasa de cambio en un entorno donde el Índice de Precios al Consumidor (IPC) evolucionó a +1.17.

Indudablemente, urgen más recursos para la salud. Sin embargo, pocos resaltan los aportes y rezagos del sector en la formación del Producto Interno Bruto (PIB) y su peso estructural como industria.

Es importante destacarlo ante la tendencia preferida de fomento del desarrollo sectorial como salud de mercado, vinculado al desarrollo económico social, al empleo y al desarrollo de infraestructuras.

Así, la situación de la salud cae bajo el imperativo de la dinámica económica, factor determinante de su perfil actual. Bajo esta óptica, la desaceleración del crecimiento del corriente año impone su marca: inferior al primer semestre del 2019 en áreas económicas vitales.

Nuestro Banco Central ilustra sobradamente el desempeño del primer semestre del 2019 y del 2018: Consumo final (4.1 vs 5.7), donde el Consumo público (4 vs 1.7) aportó equilibrio ante la caída del Consumo privado (4.2 vs 6.3); las bajas en 52.23% de la Formación bruta de capital, la demanda interna (5.4 vs 7.5); las exportaciones (3.5 vs 5.5) y las importaciones (6.4 vs 7.3)... En resumen, una desaceleración general del crecimiento en 2.4 puntos.

La tendencia también se verifica en la Salud: su IPC ganó 2.84 puntos, variando +2.07%, en tanto su incidencia en la Tasa de crecimiento cayó del 0.3% al 0.1% (66.7%) por la drástica reducción del sector Salud, el cual creció, en el primer semestre del 2018, en 8.2% para pasar a 4.4%, perdiendo 3.8 puntos (46.34%) por la caída de la Salud de mercado de 13.6% a 2.2% (-83.82%), en tanto la salud pública pasaba de 0.9% a 8.6% (+955.56%).

Esta ojeada simple permite comprender los cimientos frágiles de un sistema de salud con dos alas de desempeño no sincrónico: la pública y la privada, en una nación de bajo impacto industrial. El lugar de la salud en los esfuerzos oficiales lo revela la participación porcentual del sector en el Gasto Público total.

Aunque en igual período el Gasto Público per cápita pasó de Ä928 en 2012 a Ä1,164 (+14.65%) en 2018, el Gasto Público en Salud osciló entre 13.74% y 16% del Gasto Público Total, mostrando una tendencia inestable donde, como porcentaje del PIB, el Gasto Público perdió 3.63 puntos porcentuales al pasar de 20.12% a 16.49%.

Como vemos, la economía es la principal espada de Damocles sobre la salud. Aún así, hay esfuerzos y logros evidentes que fortalecen su eficiencia. Hasta la semana 49 del 2019, las enfermedades que presentan reto a la salubridad tienen origen extra sistémico: en la pobreza, los bajos sueldos y salarios, el drenaje y aseo públicos, junto a un sistema educativo que no promueve saberes y hábitos sobre salud preventiva.

Los problemas de la salud parecerían tener origen estructural: en la desigualdad y exclusión crónicas.

Tags relacionados