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EN LA DIANA

Adaptación para la no desaparición

Primer Tiro La posibilidad de que la Republica Dominicana sea borrada del mapa como consecuencia de los efectos del cambio climático no se reduce con la entrada en operación de las unidades de generación de Punta Catalina. El inicio de la producción de dichas unidades tampoco tiene relación con el calentamiento global. Ni siquiera el cumplimiento del país con el compromiso asumido en el acuerdo de París de reducir en un 25% sus emisiones de gases de efecto invernadero tendría impacto en el calentamiento global, pues esa cantidad equivale a 0.0000125% de las emisiones globales de dichos gases, es decir, cero. Lo que sí está directamente vinculado a la posibilidad de que en el largo plazo la isla completa desaparezca de mapa es la falta de acuerdo para reducir las emisiones de las grandes economías del mundo, ya que lo que produce el calentamiento global es la emisión global, cuya reducción no ha sido objeto de un acuerdo a nivel mundial.

Segundo Tiro La única forma de reducir la posibilidad de que la República Dominicana sea borrada del mapa es mediante la inversión inteligente y rentable en adaptación al cambio climático, lo cual es una decisión interna, independiente de la Conferencia de las Naciones Unidas. Aunque los grandes países no se pongan de acuerdo y el calentamiento global continúe, la ejecución de un Plan de Inversión en Adaptación (que produzca resiliencia a dicho calentamiento), aseguraría la continuidad de la Republica Dominicana como territorio y como sociedad, y aquí entra al escenario el inicio de las operaciones de Punta Catalina, pues el pago de intereses de la deuda pública y el subsidio a las empresas eléctricas son dos de los principales obstáculos al financiamiento de la inversión en adaptación. Los datos e insumos necesarios para la formulación de dicho Plan están disponibles, y su viabilidad aumentó hace apenas unos días, pues en la misma COP25 el Presidente dominicano planteó como prioridad del gasto público el “mejorar la resiliencia de las infraestructuras y establecer sistemas de alerta temprana, proteger a los más vulnerables y usar redes de protección social para la adaptación al cambio climático”.

Tercer Tiro Aumentar la inversión en adaptación y en incrementar el impacto de la educación en la mitigación y adaptación al cambio climático (con Educación para el Desarrollo Sostenible, EDS), debe ser la meta principal de Plan de Adaptación, con una altísima rentabilidad garantizada por la reducción del Costo del Daño Climático que produce la construcción de resiliencia y de capacidades de adaptación. Para alcanzar las prioridades definidas por el Presidente en la COP25, es necesario diseñar, formular y ejecutar un Plan de Inversión Pública específico en Adaptación, compuesto por proyectos de reducción del Costo del Daño Climático, ordenada según su relación beneficio-costo. Un plan óptimo de inversión incluiría todos los proyectos con un valor de dicha relación igual o mayor que la unidad. La inversión pública y privada en Adaptación, y la introducción de la EDS al proceso de aprendizaje dentro y fuera de las aulas, simultáneamente al cumplimiento racional y factible del cumplimiento del compromiso de reducción de las emisiones asumido en el acuerdo de París (lo que legitima el financiamiento internacional del Plan de Adaptación), podrían ser condiciones necesarias y suficientes para no desaparecer del mapa.

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