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PASADOY PRESENTE

Mella y el Himno Nacional

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

No muchos dominicanos reparan en el hecho de que Ramón Matías Mella, el hombre que la tranquila noche del 27 de febrero, en la puerta de La Misericordia, despertó a la población con su trabucazo inmortal; el mismo que en Santiago, en junio de 1844, proclamó a Duarte presidente de la República, a fin de contrarrestar al emergente dictador Pedro Santana; el que en 1854 fue a España, en misión oficial, para gestionar el reconocimiento de la independencia nacional; el que se incorporó a la guerra restauradora y luego de redactar un manual de guerra de guerrillas, alcanzó nada menos que la Vicepresidencia del Gobierno en armas; ese mismo integérrimo patriota falleció el 4 de junio de 1864, a la edad de 48 años, aquejado de una aguda disentería. Correspondiendo con una petición especial del insigne héroe, su cadáver fue envuelto en la bandera tricolor de febrero, y sepultado en el cementerio viejo de Santiago. Durante casi tres decenios, el lugar exacto donde estaba el féretro con los restos de Mella se mantuvo en el anonimato, hasta que -en junio de 1890- el Coronel Enrique D. Ricardo, testigo ocular de las honras fúnebres, reveló el lugar aproximado donde se efectuó la inhumación.

La circunstancia de que se desconocía dónde se encontraba la sepultura del trinitario Mella originó un imperdonable olvido en la memoria colectiva de los dominicanos. En efecto, recuérdese que a partir de 1875, durante la administración del general Ignacio María González, un grupo de ciudadanos inició una campaña cívica tendente a elevar al general Francisco del Rosario Sánchez a la categoría de único Padre de la Patria. Ello no tardó en provocar que el surgimiento de otro grupo que propugnó por rescatar del olvido el nombre sin máculas del general Juan Pablo Duarte. De esa manera comenzó una polémica con el fin de establecer primacías entre los integrantes de ese binomio inmortal. Sin embargo, nadie hablaba de Mella, ni parecía recordarlo. Tanto así que, cuando el poeta Emilio Prud’Homme escribió su célebre canto patrio en 1883, en la séptima estrofa no incluyó el nombre del también patriota inmortal Ramón Matías Mella: “Que en la cima de heroico baluarte/ De los libres el verbo encarnó/ Donde el genio de Sánchez y Duarte/ A ser libre o morir enseñó.”

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