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PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO

La invasión del automóvil

Las reformas económicas han permitido que sorprendentemente cada día un mayor número de personas puedan comprar vehículos de motor, ya sea por facilidades de ahorrar para comprarlos sin tomar crédito, o bien, por la capacidad de endeudamiento para adquirir un vehículo que se convierte finalmente en garantía real del préstamo. A este fenómeno, algunos autores le han denominado “la invasión del automóvil”, definida como un fuerte incremento de la cantidad de automóviles en América Latina, que se ha manifestado a partir de la última década del siglo XX.

El término congestión del tránsito se utiliza con frecuencia para referirse a la obstrucción o entorpecimiento del paso vehicular por las vías, relacionando de manera proporcional la cantidad de vehículos que transitan con la lentitud a la que se desplazan.

La congestión del tránsito nos afecta a todos: a los niños que llegan tarde a las escuelas; a los empleados que se demoran para llegar a sus respectivos trabajos; a los propietarios de automóviles en general, que gastan más combustibles y lubricantes; así como los usuarios del transporte público y la ciudadanía en general que son afectados por las altas emisiones de dióxido de carbono que contaminan el medio ambiente, en la medida en que los vehículos permanecen detenidos con los motores encendidos. La congestión del tránsito reduce la vida útil de los vehículos y de la población.

El boletín estadístico publicado por la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), sobre el “Parque vehicular 2019”, arroja informaciones sobre los vehículos que se encuentran registrados por clase, marca, año, color, e incluso el lugar al que pertenecen, según el domicilio fiscal del propietario.

El documento revela que la mayor parte de los vehículos registrados se encuentran en el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y Santiago de los Caballeros.

De un total de 4,350,884 vehículos de motor registrados en la República Dominicana (incluye automóviles, autobuses, jeep, carga, motocicletas, volteos y máquinas pesadas), el 31.39% pertenece al Distrito Nacional (1,365,742); el 14.9% se ubica en la provincia Santo Domingo (648,281); el 7.59% en Santiago de los Caballeros (330,232) y el 46.12% en las demás provincias del país. Como se aprecia, tres localidades concentran 53.88% del parque vehicular. Un verdadero caos vehicular, que se traduce en grandes dificultades para desplazarse de un lugar a otro.

El parque vehicular aumenta cada día, y las soluciones viales y de tránsito permanecen estáticas. Urge un plan de tránsito y transporte que viabilice la movilidad en las grandes concentraciones poblacionales. Se hace necesario construir más pasos a desnivel, túneles, elevados, ampliación de calles y carreteras, reordenar la dirección de las rutas en las principales vías, construir nuevas líneas de metro y construir más rutas aéreas (teleférico). Estas soluciones nunca podrán construirse a la velocidad que crece el parque vehicular, por lo que la solución a la congestión del tránsito es de carácter económico.

Una forma de solucionar este problema es la desconcentración de la población, definido como el proceso mediante el que se norma y se racionalizan los asentamientos humanos, provocándoles que se ubiquen en los municipios o provincias de baja o media concentración poblacional. Esto se logra si se crean fuentes de empleos en las provincias y municipios que han presentado mayores tasas de migración hacia el Gran Santo Domingo y la provincia Santiago, con salarios que permitan a los ciudadanos cubrir sus necesidades básicas y de sus familias, y vivir con dignidad.

Si queremos descongestionar el tránsito en las grandes ciudades, hay que generar empleos en las pequeñas poblaciones.

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