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EL BULEVAR DE LA VIDA

Déjà vú

Por falta de advertencias no será. La división del PLD es una incitación a la victoria del PRM. No solo porque a diferencia de 2016, Luis Abinader es ya el bateador designado para enfrentar al PLD, sino también por las nuevas compañías que la división del PLD ha traído al PRM, y que podrían ser determinante en la lucha por la presidencia de la República.

La llegada del profesor Leonel Fernández a la oposición al PLD, es para el PRM como si el Pedro Martínez de 1999, -su mejor año-, anunciara que a partir de enero lanzará por los Tigres del Licey. Eso lo cambia todo. Pero hay más.

Recuerden que estamos hablando de una oposición que desde 2004 “frena en el aro” y ha tenido 15 años y tres elecciones presidenciales para convencerse de que, así como en el PLD con la división habrá algún tipo de derrota, sin unidad, en la oposición no habrá victoria, y a la transición española y a la chilena, y al Frente Patriótico me remito.

Pero, además, “tomando en cuenta los últimos sucesos”, no en la poesía de Silvio Rodríguez sino en la política y sus campañas, uno debe preguntar: ¿existe una sola marrulla, un solo chanchullo, trapisonda o perversión electoral, de las padecidas por el profesor Fernández en las primarias de la organización morada, que ese mismo sector, siendo miembro del PLD no haya apoyado, patrocinado y/o ejecutado en anteriores eventos electorales internos o externos? ¿O acaso, los malos juegos denunciados por Fernández los aprendió el PLD al amanecer del 5 octubre de este 2019?

Fuera Leonel del PLD, el PRM atraviesa hoy por un momento parecido a la campaña electoral de 1996, donde las huestes balagueristas -que ahora representaría Fernández-, con tal de evitar el triunfo del doctor Peña Gómez (hoy Danilo), entrenaron a los entonces pariguayos peledeístas, (hoy PRM) sobre las malas artes de la lucha electoral, y les mostraron la Real Politik, la verdadera cara ética de gran parte del mercado electoral dominicano que tampoco es tan inocente como muchos, -anclados en la guerra fría-, predican, y a la composición del actual Congreso Nacional, ganado voto a voto me remito.

Así andan las cosas en una fauna política tan beisbolera, que bien vale la pena recordar con Yogi Berra que el partido “no se acaba hasta que se termina”.

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