Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

MIRANDO POR EL RETROVISOR

La tenacidad de Rafa

Rendirse nunca ha sido una opción para él, aunque a lo largo de su carrera como atleta ha tenido razones suficientes para claudicar.

El tenista español Rafael Nadal, apodado Rafa, se convirtió con apenas 15 años en el jugador más joven en ganar un partido en un torneo oficial  de la Asociación de Tenistas Profesionales  (ATP, por su sigla en inglés), lo que marcaba el inicio de lo que ha sido una exitosa carrera como tenista, en el año 2003.

Sin embargo, en sus 16 años de una carrera que lo ha convertido en uno de los mejores deportistas y tenistas de la historia y el mejor de todos los tiempos en canchas de arcilla o de tierra batida, Rafa ha tenido que lidiar con diversas lesiones que han puesto en serio peligro su permanencia en una disciplina en la que ha coincidido con colegas de alto nivel competitivo, entre ellos el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic.

Una fisura en el codo retrasó su debut como profesional en el año 2003 y al año siguiente tampoco jugó en los torneos Roland Garros y Wimbledon, ni en los Juegos Olímpicos de Atenas, debido a una lesión similar en el pie izquierdo.

A partir de ese momento, Nadal no ha tenido un solo año libre de alguna lesión física y jugar con dolor ha sido una constante en el oriundo de Manacor, quien acumula 19 torneos de Grand Slam en su fructífera carrera.

En el 2005 incluso estuvo a punto de retirarse definitivamente de las canchas por una inflamación en el codo izquierdo (Nadal es zurdo) y una tendinitis en sus rodillas.

A sus recurrentes padecimientos en el codo y las rodillas, se añadieron en los siguientes años un rosario de contratiempos: Dolores de espalda, calambres en el brazo, lesiones en la muñeca, hombro, piernas, psoas-ilíaco, una cirugía de tobillo y  una operación de apendicitis, a lo que se unía la carga de ansiedad que le generaba mantener un alto nivel competitivo en medio de tanto dolor y frustraciones.

Le cambiaron las plantillas para redistribuir los puntos de apoyo y prevenir las lesiones, tuvo que variar algunos movimientos en la pista para sobrellevar el dolor, jugó con cintas ajustadas a sus articulaciones, fue tratado con plasma, apeló a calmantes y antiinflamatorios y hasta a una máquina de termoterapia.

Su juego agresivo e intensos entrenamientos le provocan un sufrimiento extra, con los que también ha tenido que lidiar  y aprender a manejarlos en cada torneo.

Con todas esas lesiones y limitaciones, a sus 33 años, acaba de ganar su undécimo torneo de Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos por cuarta vez. Pero lo más impresionante, fue pieza determinante para que España lograra este año la Copa Davis y terminó la temporada como número uno del mundo y convirtiéndose en el sexto tenista con 200 semanas consecutivas en esa posición.

No sé amigo lector si actualmente atraviesa alguna situación difícil en su vida que lo mantiene desanimado, a punto de tirar la toalla y con la intención de rendirse.

Si es así, mírese en el espejo de Rafa. Han sido cerca de 24 lesiones en 16 años que pudieron acabar con su impresionante carrera deportiva, pero su tenacidad y la decisión de nunca rendirse, lo han convertido para muchos en el mejor atleta español de todos los tiempos y en uno de los mejores tenistas de la historia.

Tags relacionados