Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

EL BULEVAR DE LA VIDA

¡Así no podemos!

¡Quién puede negarlo! A los dominicanos nos gusta llamar a Santa Bárbara, pero solo después que truena. Ahora fue un accidente de un autobús en la avenida del Coral, donde 41 de unos 70 turistas rusos que viajaban, resultaron heridos, seis de ellos de gravedad.

Según informaciones preliminares, el accidente habría ocurrido por graves problemas mecánicos (desprendimiento del eje cardan) del autobús. Muy posiblemente, (como tantas otras veces), este trágico accidente sucedió porque lo que debería ser una obligada revisión general anual de los vehículos que circulan por las carreteras del país, (la llamada REVISTA), en la práctica ha sido sustituida por un vil impuesto y poco más, casi menos, lo que convierte cada vehículo no revisado en una peligrosa arma homicida. Así andamos los dominicanos, golpeando ya, no solo a nuestras mujeres, sino, además, buscando la manera de asesinar a la “niña linda” de la estabilidad macroeconómica nacional que es el sector turismo, al que acompaña con la cercanía de una amante (si hay mar) las benditas y bendecidas remesas de los dominicanos en el exterior. Y todo por falta de voluntad política para cumplir y/o hacer cumplir las leyes. Precisamente, esta semana el SENASA celebró el seminario sobre “EXPERIENCIA DE LOS SEGUROS PÚBLICOS EN LA ATENCI”N PRIMARIA DE SALUD”, donde los expertos explicaron los beneficios y las razones de la urgencia de que sea instalado en el país el Sistema de Atención Primaria de Salud que manda una Ley promulgada en marzo de 2001. Sí, del 2001. En el seminario, Amalia Riego, de la OPS, recordó que la inversión en salud debería ser de un 6% del PIB, y que no menos del 30% de ese porcentaje debería servir para financiar la atención primaria de salud. “Vano empeño”, amor, como el bolero. Vano empeño, porque el superior gobierno no está decidido a hacer cumplir las leyes si el hacerlo supone afectar los intereses de nuestros insaciables príncipes del capital. Y cuando se atreve a anunciar que lo hará, -como ocurrió con la revisión de las exenciones fiscales-, siempre aparece un genio del derecho empresarial hablando de que antes “se debe iniciar un proceso de franca negociación entre las partes”, como si mi dilecto Magín Díaz de la DGII, tuviera que negociar nada con los contribuyentes para cobrarles los impuestos que manda el Código Tributario. ¡Así no podemos!

Tags relacionados