Entrampada, la atención primaria

En el extendido reclamo de aumento de la inversión pública en salud y del presupuesto al sector, el país está obligado a garantizar que la erogación de pesos y divisas beneficien, con servicios y bienes, a los afiliados a los regímenes de aseguramiento contributivo y subsidiado del Seguro Familiar de Salud (SFS) del sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS).

Más cuando las autoridades del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) han afirmado, sin dorar la píldora, que para la Atención Primaria no hay dinero.

En esa realidad, sorprende que la ARS Seguro Nacional de Salud (Senasa) gastara un billetito armando un show room sobre un tema sin solución inmediata porque el proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado para el 2020 no incluye asignaciones para el Ministerio de Salud, el Servicio Nacional de Salud o el SDSS para que la inicien.

En un escenario tal, ¿para qué armar algo así, consumiendo fondos que bien pudieron ser transferidos a los afiliados del Régimen Subsidiado del Senasa, incrementándoles la cobertura; o a los hospitales públicos, en equipos o incentivos al personal médico y paramédico, a través del Servicio Nacional de Salud; o al propio Ministerio de Salud, para enfrentar los retos ante el Dengue y la Mortalidad Materno-Infantil? Incluso, ejecutando el gasto desde la propia ARS Senasa.

Cuando se necesita cumplir un POA que enfoca una imagen fortalecida, dados niveles insatisfactorios de gobernanza, renta más entregar aportes a cualquiera de las precitadas entidades, para las urgencias actuales óque abundanó, especialmente cuando el eslogan institucional reza: “Nuestra ganancia es tu salud”.

Contrariamente, parte de esa ganancia se ha invertido en palabras que arrasa el viento, sin construir, edificar o mejorar algo.

A favor de gente hambrienta de cámaras y titulillos que pocos leen y todos olvidan. Un precio alto frente a las necesidades urgentes de los afiliados.

Abundantes palabras para oscurecer la realidad penosa: el tema Atención Primaria lo usufructúan actores del SDSS, para beneficio propio: económico, político y mediático.

Por su inicio se desgañotan sólo los comprometidos con óy los beneficiarios deó el logro de los objetivos nacionales de salud.

Para funcionarios e instituciones del SDSS que han propuesto pagas irrisorias a los médicos, obstruyéndolo bajo la apariencia de implementarlo, es utilitarismo con objetivo avieso: comprometer el voto de las ARS (a través de los “empleadores”) en el CNSS, para permanecer en el cargo más allá del plazo.

Con él, las ARS esperan obtener una normativa que legitime una mayor explotación de los médicos; obstruyéndolo, las clínicas impiden la reducción de “su” mercado y las sociedades especializadas contienen la competencia profesional que le es subyacente.

El tema no avanza porque sólo beneficia la salud pública, de la gente y a los médicos generales, estratos sin poder en el SDSS.

Sin dinero, sin una voluntad política a su favor, sin actores decisorios que la enarbolen, la Atención Primaria es pretexto y simulación ante la población pobre afiliada al SDSS; que tinta de oro, por demás, la violación que a la Ley 8701 continúa realizando el CNSS. Escenario para palabras, apenas.