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MIRANDO POR EL RETROVISOR

Las vueltas de la vida

Muchas veces tendrás que realizar cosas que no te agradan o enfrentarte a un percance que consideras inmerecido porque troncha tus sueños o te desvía de lo que realmente te apasiona.

Nos pasa constantemente, incluso con episodios insignificantes de nuestro diario vivir u otros de mayor envergadura que en un momento determinado pueden convertirse aparentemente en nuestro némesis.

Hace unos días me pasó con una joven cuando entré a una estación del Metro de Santo Domingo. Ambos bajamos presurosos la escalera eléctrica, sin esperar a que nos llevara hasta el tren que cerró la puerta tras ese sonido tan peculiar antes de que pudiéramos abordarlo.

La joven tenía prisa por llegar a su destino y no pudo ocultar la contrariedad de perder el tren. Cerca de ella, solo atiné a decirle: “Tranquila, no era el nuestro, quizás Dios nos tiene reservadas oportunidades de un futuro mucho mejor que podría llegar si tomamos el siguiente tren”. Sonrió y estuvo más calmada.

Esta reflexión inicial la hago a propósito de una interesante entrevista concedida por el cantante español José Luis Perales a la agencia EFE con ocasión del lanzamiento de su triple álbum "Baladas para una despedida", donde el artista resume medio siglo de carrera musical en 500 canciones.

Recuerda el cantante –algo que ha dicho en otras entrevistas- que de las tantas canciones que popularizó, su emblemática “¿Y cómo es él?, no estaba supuesto a interpretarla y su esposa le había dicho que no le gustaba.

En realidad compuso esa canción pensando que se ajustaba al estilo del también cantante español Julio Iglesias, quien además pasaba por una situación parecida a la que se narra en el tema, debido al divorcio con su primera esposa, Isabel Preysler.

Perales cuenta que terminó grabando él la canción que inicialmente no quería cantar y que detestaba su esposa, porque su disquera se lo impuso bajo el argumento de que sería un “trancazo”, como finalmente ocurrió.

Y a propósito de Julio Iglesias, inicialmente su pasión no era cantar, sino el fútbol. En su juventud fichó como delantero para el club Juvenil B del Real Madrid, con la esperanza de convertirse en portero del popular equipo madrileño, hasta que un aparatoso accidente de tránsito acabó con sus sueños de ser un atleta de primer nivel.

Iglesias no tenía tan siquiera la esperanza de volver a caminar, pero durante su larga estancia en el hospital un joven enfermero que cuidó de él le regaló una guitarra solo como terapia para que ejercitara sus dedos y se entretuviera en su lecho de enfermo.

Y así comenzó una impresionante carrera musical que lo ha convertido en el cantante español más universal, entre los diez artistas con más discos vendidos en el mundo, con cerca de 80 producciones editadas en 14 idiomas, con cientos de discos de oro y platino certificados, a lo que suma unos 5,000 conciertos para alrededor de 60 millones de personas en los cinco continentes, según datos de su biografía colgados en Wikipedia.

Perales convirtió en su mayor éxito musical una canción que no quería interpretar y a Iglesias una adversidad lo llevó a descubrir una nueva pasión que le permitió dejar una huella en el campo de la música que perdurará por siempre.

Así que amigo lector, no se lamente cuando tenga que hacer cosas que le disgustan o cuando la puerta del Metro vuelva a cerrarse en sus narices.

No se centre en los percances y disfrute el viaje, la vida suele dar muchas vueltas y desconocemos en cuál de ellas llegará nuestra gran oportunidad, como ocurrió con estos dos icónicos cantantes españoles.

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