Al rescate del ahogado

La sociedad civil quiere rescatar a Leonel Fernández y colocarlo como eje central de la campaña electoral, sin que se conozcan razones ni propósitos. La veleidad política no sería suficiente para explicar el fenómeno, y mucho menos cuando se supone que tiene candidato para el 2020.

O tal vez sea vía la alianza que se produce el endoso. Entre las leyendas urbanas de estos días se cuenta que Fernández, como parte de su estrategia, buscó el lado a personajes conocidos de ese núcleo.

Como se dice entre vecinas, les dio la boca, reconoció errores y como católico en confesión quedó libre de pecado. Lo pasado, pasado. Supo que los iba a necesitar y en verdad sirvieron a su causa de defender la Constitución ante los posibles embates de Danilo Medina. Lo extraño es que esas relaciones continuaran y entidades de la sociedad civil se presten a su juego de repetir como candidato. Lo lógico fuera que salieran de uno, Medina, y del otro, Fernández, pues para los fines de circunstancia resultan avispas de un mismo panal. Sin embargo, disciernen y prefieren a Fernández en contra de Medina, olvidando que una vez hicieron de ariete del segundo contra el primero. Fue la actual administración que detectó el déficit fiscal y lo puso a cargo de su antecesora, pero fueron grupos de la sociedad civil que se lanzaron a las calles y deshonraron política y moralmente a Fernández. El primer destierro político acabado de salir del poder fue el déficit, después vinieron otras situaciones, incluyendo Quirino. El gobierno entonces puso el arte, la revelación del hecho maligno, pero de la parte se encargaron los oficiosos de las calles.

Fernández fue durante un tiempo el político más reprobado, con el consiguiente agrado del oficialismo, pero el agravio fue obra de la protesta. De ahí que no se entienda el viceversa y que creen condiciones para un retorno que de otro modo sería imposible.

La actitud de entrega pudiera ser alcahuetería, pero por los medios al uso podría considerarse complicidad, pues sin dudas Fernández pertenece al antiguo régimen.