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EL BULEVAR DE LA VIDA

Obnubilados

Porque aprendió de sus derrotas, el PRM and friends entendieron la necesidad de unificarse para ganar y evitar que el PLD consolide su poder casi total sobre los poderes del Estado.

Aconsejado por Voltaire y asesorado por una élite de intelectuales del derecho, el periodismo y las ciencias sociales, amigos de la diligente Embajada, el PRM aprendió de sus errores, mientras el PLD ha sido incapaz de aprender de sus victorias, ya dije. Culpas son de la arrogancia que cinco triunfos electorales generan en cualquier alma humana. (Por eso, para uno fue siempre tan difícil argumentar contra el éxito).

Es esa incapacidad por tanto ganar siempre, la que le ha impedido al PLD analizar el momento político que vive América, incluidas las señales imperiales que incluyen llamadas a lo Pompeo o las BEMBITAS de niño malcriado por la donación china de unas cámaras al 911.

Y así, y a pesar de cien bulevares de advertencia, negada su aristocracia machista a mirar hacia la mar o a ceder para ganar, se dividió el PLD. Danilo Medina intentó seguir, Leonel intentó volver, y por eso, posiblemente ambos se irán a la oposición en la que ya está Fernández, mientras el otro, si conserva el Ejecutivo, perderá el control del Congreso, algo en lo que está muy empecinado el imperio “del áspero norte” y sus amigos internos ya citados. (Uno espera que por lo menos le compren el libro en que les cuento todo esto).

Todo esto ocurre, precisamente, en un momento en el que anda ese imperio “en chándal y a lo loco”, en grave ataque de celos, porque el otro imperio ya anda regalando al gobierno dominicano cámaras con reconocimiento facial, sin importarle que la estrategia de dar (donar para poder joder, roer, “ruyir”, imponer) haya sido una práctica exclusiva de los místeres, desde que el senador Carlitos Sumner enfrentó al presidente Grant y evitó que malos dominicanos le vendieran la bahía de Samaná, donde sabe uno que duerme Dios con la María Magdalena, en unos amaneceres incitadores como pocos a la santa meditación horizontal y a la divina guerra de los cuerpos, que a veces recordar no es vivir sino morir, ay, perdón por la nostalgia. Pero vuelvo al tema, al meollo de este bulevar: El PRM aprendió de sus derrotas, mientras el PLD ha sido incapaz de aprender de sus victorias.

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