Solución híbrida

El que a solo 89 días de las elecciones municipales del 16 de febrero del año que viene aún la Junta Central Electoral (JCE) no defina la metodología que usará en esos comicios, resulta altamente preocupante.

El proyecto piloto que significaron las primarias del pasado 6 de octubre, donde con padrón abierto el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y cerrado el Revolucionario Moderno (PRM), escogieron sus candidatos para los certámenes tanto de febrero como de mayo (presidenciales y congresuales), sigue generando polémica.

Un escenario variopinto donde por un lado, los que abogan por la utilización del voto automatizado, ponderan virtudes, y por el otro, los propulsores del método manual, presentan debilidades y ambos aparentan tener, sino la razón, por lo menos alguna parte de ella.

Para nadie es un secreto que estamos en un mundo tecnificado donde la digitalización y la automatización de los procesos aportan rapidez y eficacia a los mismos, máxime cuando se trata de eventos tan complejos como el de febrero, en el que habrá 16,499 colegios funcionando en 4,325 recintos electorales de las 32 provincias, 158 municipios y 235 distritos municipales.

Una complicada manigua donde se elegirán 158 alcaldes, similar cantidad de vicealcaldes; 1,164 regidores con sus respectivos suplentes; 235 directores e igual número de subdirectores, así como 735 vocales, donde el reto no solo será viabilizar el voto, sino garantizar el fiel resultado de los mismos. De ahí la importancia de procurar una solución híbrida que involucre la automatización con la comprobación física para producir una simbiosis entre una cosa y la otra, que a su vez genere confianza.