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CONTANDO LOS HECHOS

Mis vehículos

Con pocas excepciones, creo que el principal exponente de un joven profesional que viniendo de una familia pobre comienza a demostrar sus avances en el mundo socioeconómico, es su vehículo.

Ya les conté como, en el otoño del 1955, con un nuevo empleo pude comprar mi primer vehículo que fue un Ford Cónsul de medio uso. Yo tenía 19 años y al mismo tiempo, también contraté a mi primer chofer-asistente. Mientras el hotel El Embajador se preparaba para su puesta en operación, el primer Gerente General Robert Souers, se compró un Alfa Romeo blanco convertible, que aunque era de medio uso lucía muy bien. Al yo piropearle su carro, él me dijo: “That’s what you oughta have”, (eso es lo que tú deberías tener). Con esa frase el Sr. Souers dejó sentado en mi imaginación el deseo de tener mi propio convertible tan pronto pudiera.

Usé el Ford Cónsul hasta el 1959 cuando me fui como asistente del Cruise Director en el barco Evangeline que desde Miami recorría todo el Caribe y parte de Centro y Sudamérica.

A mi regreso, a principios del 1963 para instalar Radio Universal, adquirí mi primer vehículo nuevo que fue un Toyota Corona, que le compré directamente a Jacinto Peynado, que recuerdo se sentaba en el salón de recepción para recibir a los clientes, en la Delta Comercial. Unos días más tarde fui a comprarle una guagüita Honda 900 a Juan José Bellapart, quien al igual que Jacinto, también estaba sentado en la recepción recibiendo directamente a los clientes. Ese vehículo iba hacer asignado al Administrador de Radio Universal, Luis de los Santos.

En el 1964, ya con mi emisora Radio Universal instalada, me enamoré de un Mercury Comet, cuña de dos puertas S-22, blanco con interior rojo. Era mi primer carro tipo deportivo. Solo había dos en el país, el de Manolín Alfaro que los traía y éste que lo trajo para mí. Fue mi primer gran disfrute automovilístico. Vendrán otros autos interesantes.

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