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Lo subestiman... y se equivocan

En la actualidad los estudios sobre las causas y consecuencias de la desigualdad son tendencia en las ciencias sociales y económicas. No en vano Thomas Piketty es una de las estrellas más fulgurantes del firmamento económico global, gracias a sus investigaciones sobre el inequitativo reparto de las rentas y los ingresos, y el más reciente Nobel de Economía recayó sobre tres investigadores especializados en el combate eficiente de la pobreza y la desigualdad.

Todos los estudios indican que el incremento de la brecha salarial entre los ejecutivos corporativos y los empleados de niveles medios y bajos constituye una de las causas preponderantes en la creciente desigualdad global.

En los años setenta del siglo pasado, por ejemplo, un ejecutivo corporativo en los Estados Unidos ganaba unas diez veces más que un empleado promedio, mientras en la actualidad la plana directiva puede llegar a ganar cuatrocientas y hasta quinientas veces más que la media de la masa laboral.

La República Dominicana no ha estado ajena a este debate. El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, ha llevado la voz cantante señalando la necesidad de derramar el crecimiento económico que experimenta el país mejorando los ingresos de las personas, y apuntando que la única forma de hacerlo es aumentando los salarios.

Porque así como es cierto que le economía dominicana ha crecido a un ritmo relevante y sostenido a lo largo de las últimas décadas... También es un hecho fáctico e incontrovertible que ese aumento de la riqueza nacional no se ha repartido de forma mínimamente igualitaria.

El salario mínimo dominicano no cubre la canasta básica del quintil más bajo, y estudios bastantes sólidos realizados por entidades académicas y por el mismo Banco Central demuestran que en las últimas cuatro décadas el poder adquisitivo del salario mínimo real se ha reducido sustancialmente...

Una realidad que replica en la percepción social, pues en todas las encuestas y estudios sociales la gente identifica el “costo de vida y la inflación” como uno de sus principales problemas. A pesar de que desde hace años la inflación se encuentra controlada y los precios de la canasta básica mantienen cierta estabilidad.

Lo que constituye un claro síntoma del fenómeno: El problema no es de incrementos excesivos de los precios, sino de salarios que no crecen siquiera a un ritmo similar a la economía.

El presidente Danilo Medina ha referido en más de una oportunidad al problema de la desigualdad, relacionándolo directamente con los bajos salarios. Incluso ha invitado al sector empleador a realizar esfuerzos para mejorar los ingresos de los asalariados, encontrando oídos receptivos en la mayoría de los sectores empresariales y sindicales. Y durante su gestión se han realizado esfuerzos importantes para mejorar los salarios de los servidores públicos, como los maestros, médicos, policías y militares.

Gonzalo Castillo colocó el tema de los bajos salarios en el debate electoral. Propuso un diálogo con el sector privado para propiciar acuerdos que permitan mejorar los ingresos de los trabajadores dominicanos...

Algunos lo critican. Dicen que fue otra pifia... Definitivamente lo subestiman, confunden sencillez discursiva con ineptitud... y se equivocan.

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