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DAR EL EJEMPLO

Febrero es un buen momento

Cuando todavía no nos reponemos de los vaivenes de las turbulentas elecciones primarias del pasado seis de octubre, la Junta Central Electoral ha anunciado el inicio oficial de la campaña para el compromiso comicial del tercer domingo de febrero del 2020.

Para esa fecha, cientos de candidatos a nivel nacional intentarán convencer a más de siete millones de electores de que son la mejor opción para el desarrollo de sus comunidades.

Y ojalá que así sea, que los aspirantes a alcaldes, directores municipales, regidores y vocales pongan en un primer plano el interés supremo de sus respectivas demarcaciones, donde las propuestas de proyectos viables y razonables ocupen un sitial importante en sus discursos de campaña.

Una práctica poco común en zafras electorales de nuestro país, es que los candidatos a cargos de elección popular muestren y discutan con los electores propuestas documentadas, donde estén plasmados sus planes de trabajo y figure la participación activa de la comunidad en la concreción de los mismos.

No se trata, en modo alguno, de simplemente presentar lo que se quiere hacer, sin que esta intención no pase de un mero enunciado con fines de convencimiento para generar apoyo en las urnas el día de las votaciones.

El candidato que no sea capaz de debatir con su comunidad de electores un plan de acción, con objetivos generales y específicos definidos, con visión de desarrollo inclusivo y sostenido, no debería merecer el favor de quienes al final de cuentas están llamados a ser beneficiados con sus funciones.

República Dominicana está cansada de confrontaciones infecundas, de discursos manidos y propuestas mentirosas, vacías y sin fundamento. Es hora de que pasemos la página y nos avoquemos a un ejercicio político sincero, participativo; pensado con mayor énfasis en las necesidades y expectativas de cambio de la gente.

Decirlo y repetirlo debe ser un compromiso de todos, hasta que seamos plenamente conscientes del impacto nocivo que tienen las palabras engañosas en campañas electorales.

Y los ciudadanos deben jugar un rol estelar en este contexto, desnudando a quienes se visten de mansas ovejas para lograr sus interesados fines particulares, echando a un lado las preocupaciones reales de la comunidad.

En cada recóndito lugar de nuestra geografía hay alguien que pretende ganar un puesto de carácter municipal. Entonces es buen momento para demostrar que sus proyectos políticos están motivados por la sana vocación de servir al avance de sus pueblos y promover el bienestar de sus habitantes.

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