Las amistades cuánticas

Me moriré en París, con aguacero Un día del que tengo ya el recuerdo. César Vallejo

Estimada, inasible amiga, he de decirte que el invento de tu palabra “primaveremos” apunta hacia la idea de que estamos listos, tras numerosos abriles, para siempre gozar de una nueva primavera en flor. Esa palabra me radica, por ende, en el “primaseremos”, donde la primavera se nutre de esperanzas. El futuro es totalmente impreciso y puede renacer marchito en buena parte por el ejercicio del libre albedrio. Podremos calificarlo antes de que termine, darle nombre, considerarlo un activo futuro colocado dentro de nuestra carpeta de ensueños, archivarlo para un día revisar cómo se ha consolidado, es futuro. Estimada amiga siempre dotada de ausencias, aunque a alguno de mis desconocidos lectores, (nombres desencarnados inéditos y /o flotantes) les parezcan reaccionarios los ensueños que suelo ir desenredando en mis escritos , y lo mismo les moleste mi pasado diplomático, poético, periodístico y mi afición deportiva, mis metáforas y creencias esotéricas, les recuerdo que los sueños no tienen ideología porque la mayoría se produce fuera del cuerpo, donde las contradicciones son otras, y que en ocasiones los contradigo y rebato, y los acepto con mayor facilidad, por lo que no renuncio ni a Jung, ni a Freud, ni al simple mundo maoísta de las contradicciones, ni al fantástico librito rojo comparable con cuentos fantasmas infantiles , ni a mis nebulosas experiencias, ni a Emilio Salgari, ni a Simbad el Marino, compañías amigables, pero al fin, improntas de la vida que llegan por su cuenta y se asientan junto a mí cuando practico mis meditaciones y me aconsejo con las lecturas de Pablo de Tarso, Ignacio de Loyola, Carlos Marx, Sócrates Nolasco y Julia de Burgos, lo mismo que en Juan Isidro y Bosch, todas alimento contradictorio para el espíritu, protegido siempre por la desafiante imagen de Jorge Luis Borges.

El amasijo de lo leído

Es que vale la pena conocer lo que se ha leído y amasija como vigencia cultural. Son formas, adherencias que el espíritu no puede desechar, maneras de ver la vida que se integran y pasan a ser también, un poco la piel de un alma ya en cuarto menguante, bajo la cual fluye de otro modo, la impropia vida. Porque en algunas regiones del espíritu puede producirse una mixtura de dudas y de aciertos, de acechanzas y premios capaces de conformar parte del “nosotros”, cuando nos fundimos, al pensarlos, con los demás.

Amiga

El alter foráneo se transforma, sin permiso, en parte de nuestra totalidad interior. La imagen de afuera viene impregnada de la realidad dañina que distorsiona la evanescente medianoche. Es lo que transforma nuestra personalidad. Por eso primaveremos, es una palabra, (novedosa y futurista ), que se apoya, sin mucha certidumbre, en la esperanza. Las raíces de lo primaveral tienen una gramática transformacional según sean las climatologías que nos han acompañado.