Paréntesis

Si bien es cierto que la política genera acciones y pasiones, que en el caso de la disputa se tornan ríspidas y virulentas, no es menos el que ante ciertas situaciones de la vida ocurren paréntesis, tal cual quedó evidenciado con el fallecimiento el pasado domingo de Juan Pablo Medina, padre del presidente Danilo Medina Sánchez. Echando a un lado el escenario de combate político y partidario en que se ha convertido el país en los últimos meses, y donde las confrontaciones grupales e individuales han producido agrios ataques, posturas y trascendentales divisiones, todos acudieron a dar el pésame a Medina y su familia.

Un gesto de nobleza donde no hubo archirrivales ni contrarios, sino políticos en solidaridad con el afectado. Y es que a la hora de la verdad, que en este caso sería de la tristeza, surge la parte humana que siempre debe sobreponerse a la política.

De ahí lo importante del mensaje que significó ver a Leonel Fernández, Luis Abinader e Hipólito Mejía (en su momento todos contrarios), junto a líderes de diferentes partidos y la sociedad civil, de forma presencial o virtual, en una correcta acción de civismo y madurez ante dolor ajeno, y en la que Danilo definitivamente cree. Quienes lo conocen de forma personal indican que una de las figuras que más sabe proteger el aspecto personal del fogón político es precisamente el presidente Medina. Porque una cosa es ser un adversario y otra, muy diferente, es ser enemigos.

Así las cosas y saludando este adecuado paréntesis, pedimos paz para el alma de don Juan Pablo y resignación divina para sus hijos Danilo, Milcíades, Alexis, Lucía, Aracelis, Magalis, Yadisa, Wilfredo y demás deudos.