Politica de definición

La política entró en una etapa de definición el pasado fin de semana, y aunque las informaciones no fueron abundantes y claras, las proclamaciones permiten entrever el destino de las opciones.

Estas, las proclamaciones, tienen el raro encanto de las encuestas, y se piensa que a mayor cantidad, las posibilidades son mejores.

Aunque lo real es la fuerza del partido principal y del candidato, pues las chiripas llevan años haciendo lo mismo y no crecen ni florecen, pues nunca les echan abono.

En la ocasión hubo jugadas turbias, y lo que se negaba al final superó el rumor. Y de mala manera, y de forma innoble.

Nadie lo exige, y tampoco se hace de modo espontáneo.

Explicar en detalles los acuerdos que sustentan las proclamaciones, pues se sabe que los principios se quedan en la trastienda, que nada se da de gratis y que el negocio es jugoso.

Y no solo político.

La actual circunstancia sin embargo provocó situaciones que fueron novedosas. No puede decirse si prudencia, cautela o viveza, pero los partidos pequeños se aguantaron las ganas y esperaron el desenlace de los grandes.

Los grandes por igual crearon condiciones para posibles entendimientos. Las reservas de candidaturas, por ejemplo. Incluso a costa de trastornos internos.

La Junta Central Electoral posiblemente deba dispensar plazos o ser flexible, pues algunas postulaciones se retrasarán por culpa de segundos o terceros.

Del mismo modo que se harán sustituciones, o por prisa o defecto en las reservas, o por razones de renuncia o de disidencia, como será el caso del PLD.

Organizaciones como el PLD y el PRM salieron mejor libradas porque devolvieron, oficializándolas, las listas que el organismo les había remitido como ganadores de primarias.

Las primarias por tanto sirvieron para una escogencia menos traumática, y aunque Leonel Fernández se queja de fraude, la protesta se debe más a su temperamento que al escrutinio.

Habrá tiempo para evaluaciones más profundas, y tener un balance más apropiado de las consultas, con tropiezos y aciertos.

Lo que se tiene hasta ahora, y es la parte buena del proceso, se debe a las primarias.