La cuenta regresiva de Londres

Faltarían 20 días a partir de la publicación de esta columna que el Reino Unido abandone a la Unión Europea, sí es que antes del 19 de este mes no se llega a un acuerdo con Bruselas. A cuatro años de celebrase el referéndum del 23 de junio 2016, llamado Brexit, cuyos resultados fueron de un 51.9% a favor contra un 48.1% que los ciudadanos del Reino Unido votaron para divorciase de sus socios europeos de 28 naciones, la cuenta regresiva empieza hacia una posible salida sin acuerdo con el bloque europeo integracionista, pinta ser una realidad. El primer ministro Boris Johnson, un ferviente partidario de que el Reino Unido abandone su sociedad europeísta, con o sin acuerdo, el 31 de octubre próximo, salga pato o gallareta. Los intentos desde que la ex primera ministra conservadora Theresa May, agotara rondas de votaciones en búsqueda de una solución negociada cuyos intentos culminaron en fracaso. De su parte, el Parlamento aprobó en septiembre, la denominada legislación Benn, que autoriza a viabilizar un acuerdo antes del 19 de octubre próximo, luce también dudoso.

La situación, sin embargo, sigue siendo de color castaño a azul oscuro, en cuanto a sí se produce o no un acuerdo con Bruselas, la capital política de la Unión Europea. De ir las cosas como van, parecería que se cumplirían los deseos del controversial primer ministro conservador, Boris Johnson, de montar tienda a parte de sus aliados y socios del viejo continente y reencaminar a los británicos por otros rumbos no integracionistas.

Así que, el mundo espera la decisión de Londres en cuanto al destino del Brexit, y cuál sería la vía más conveniente acorde a sus intereses estratégicos nacionales y supranacionales. La suerte está echada para la gran nación anglosajona. Sí convive con camas separadas con Bruselas o se concubina con Washington, su poderoso aliado, para proteger sus propios e inherentes intereses geopolíticos.