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EN LA DIANA

Unificación cambiaria

Primer Tiro

Tomando en cuenta que tal y como se había pronosticado, los primeros días del mes en curso muestran una tendencia hacia abajo en la tasa de interés pasiva (que es la primera en responder a las fuerzas hacia la baja), y si se toma en cuenta también que las medidas de la flexibilización monetaria iniciada en junio empiezan a mostrar resultados en términos de aceleración del crecimiento (sin todavía producirse el efecto de reducción de las tasas de interés), que la flexibilización cambiaria eliminó la brecha y unificó el tipo de cambio a una tasa de devaluación anualizada en 5.64% (cifra que se obtiene cuando el cálculo se realiza con el tipo de cambio promedio del pasado día 8 comparado con el promedio del mes de octubre del pasado año), y que las últimas medidas indican que el diferencial entre la tasa de interés doméstica e internacional se mantendrá constante, pues resultados no deseados de reducción de dicho diferencial sugieren que el espacio para continuarlo es muy poco o casi nulo, entonces se podría concluir que las fuerzas determinantes del equilibrio del panorama macroeconómico se encuentran ahora en un balance diferente al de semanas anteriores.

Segundo Tiro

Todo parece indicar que en este nuevo escenario de unificación cambiaria, el impacto de las menores tasas de interés (que ya empiezan a observarse) en el consumo y la inversión privada, así como también en la inflación esperada, serán los factores internos determinantes de los posibles cambios en la Posición y el nivel de la Tasa de Política Monetaria (TPM) del Banco Central, aunque es necesario señalar que el principal factor de riesgo se encuentra en el plano fiscal, y que dada la altísima sensibilidad de los mercados a dicho riesgo, la duplicación del déficit presupuestado para el cursante año, y las expectativas de un desbordamiento del gasto que lo acelere todavía más en el próximo año, son las amenazas internas que presenta el horizonte económico de corto plazo. Pero una tasa de devaluación por encima del 5%, en las condiciones macroeconómicas actuales, puede representar un tipo de cambio mayor al requerido por el equilibrio macroeconómico. Riesgo fiscal, subvaluación cambiaria, y diferencial de tasas de interés son las tres variables que determinarán el panorama macroeconómico de corto plazo.

Tercer Tiro

Si no se consideran los efectos del riesgo fiscal (los cuales serán analizados en otra entrega), hay que tomar en cuenta que aunque la unificación cambiaria elimina la posibilidad de que cualquier intervención del Banco Central en el mercado cambiario genere pérdidas cambiarias, y que aunque las tasas de rendimientos o de interés de los pasivos en moneda nacional empiecen a disminuir [la disminución de las tasas interbancarias (las que se cobran los bancos por préstamos entre sí) permitió pronosticar correctamente este resultado], si la diferencia entre estos y los activos en dólares se mantiene constante (lo que supone que la TPM se mantiene constante), y si la diferencia entre el tipo de cambio de la unificación cambiaria y el de equilibrio es positiva y significativa, entonces se produciría una entrada de capitales cuya magnitud dependería de las diferencias anteriores, y de la prima de riesgos que los mercados internacionales imputen a los activos financieros domésticos, principalmente a los títulos de la deuda pública.

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