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POLÍTICA Y CULTURA

Luis e Hipólito… ¡Unidad total!

La unidad arriba y abajo de las dos corrientes políticas mayoritarias e importantes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), representadas por Hipólito Mejía y Luis Abinader, sellaron en la tarde de ayer el compromiso nacional de luchar decididamente por la toma del poder político a través del voto electoral en los comicios del año entrante.

El ejemplo de la unidad sincera y programática dado por estos dos líderes del PRM, trazan el camino a seguir en la lucha por la conquista del Gobierno de ancha base y unidad nacional, que habrá de encabezar Luis Abinader a partir de agosto del 2020. A esa unidad se unen los otros precandidatos, quienes terciaron en el proceso de las primarias con patrón cerrado, como los queridos compañeros, Wellington Arnaud, Ramón Emilio Concepción y Rafy Bueno. Esto significa que se fortalece el espíritu de unidad alrededor de principios normativos llamados a transformar la realidad social dominicana.

El país demanda soluciones frente al drama angustiante de la descomposición social reinante, la corrupción galopante, el desconcierto colectivo ante el porvenir inmediato, la profundización del estado de inseguridad ciudadana que vivimos los dominicanos. Un Estado clientelista cuya labor esencial de supuesto equilibrio social reside en una empleomanía supernumeraria, en vez de crear fuentes productivas de trabajo, el fomento de la delincuencia a todos los niveles, la castración de los sueños trascendentes que Juan Bosch y Peña Gómez, insuflaron como gerencia política en sus discursos y proyectos de cambios reales en las estructuras sociales del país.

Asistimos a una declinación de facultades creadoras, a una ruptura con el modelo arquetípico de la solidaridad y el espíritu libertario de nuestro pueblo en su combate por la libertad y la democracia.

Hemos retrocedido, llevando al mercado todas las ilusiones posibles para trocarlas en miserias morales, en búsqueda de prebendas, en disfrute perverso de canonjías, en dinero más allá de simples necesidades, así como la deserción y fuga de cerebros ante el cuadro deprimente de una sociedad en crisis, atenazada por la politiquería más vulgar y degradada.

La construcción de un nuevo modelo implica la unidad que Luis e Hipólito han empezado a trillar, con una conciencia patriótica de alcance colectivo e integrador. Unidad que traduce la creación del gran Frente Opositor Nacional, con un programa mínimo de realizaciones que inicie la ansiada transición democrática del Estado prebenda, del Estado sinecura, del Estado ágrafo, donde reina la oscuridad de las letras y la cultura, el Estado antihistoria, que niega los procesos y las categorías del desarrollo humano y el salto de la conciencia primaria a la conciencia social del proyecto colectivo liberador.

El Estado que promueve falsos valores, mercaderes de la producción que llegan a la riqueza sin pasar por el conocimiento y los rigores de la ciencia y la profundización del criterio normativo de la academia. Hay que adecentar el Estado, despojarlo de esa hipertrofia parasitaria y festiva que en porcentaje significativo, con excepciones honrosas, ostenta nuestra representación como país.

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