Continuidad de Estado

Cuando se avecina un cambio de gobierno, surge nerviosismo y preocupación. ¿Qué pasará con las obras en proceso, con programas surgidos en la administración que termina? ¿Cómo seguirá siendo manejado el Estado y si habrá “una aplanadora” en la “empleomanía” estatal? Eso tiene que cambiar. El mundo avanza, las sociedades se modernizan y el liderazgo político debe ser consciente de la necesidad de respetar la continuidad del Estado. Países desarrollados y estables democráticamente, no viven la tensión que impera entre los dominicanos cada cuatro años. Y eso ocurre aún sea con el mismo partido que se suceda con un nuevo Presidente. No debería haber dudas de que el Estado seguiría normal con un cambio de gobierno. Que no se detendrían obras como Monte Grande, las escuelas, las circunvalaciones, el Metro, el Teleférico, etc. Que seguiría el apoyo a pequeñas empresas nacidas en visitas sorpresa, que seguirían las becas a estudiantes sobresalientes y de escasos recursos, que sistemas como el 9-1-1 o Dominicana Limpia y la Tanda Extendida en las escuelas seguirán y se reforzarán. En fin, que un cambio de Presidente o de partido, no detenga el progreso y el desarrollo. Como no se detiene en Estados Unidos, Francia, España, China, Rusia y países donde el Estado es uno, sea quien sea el Presidente. Gracias a Dios, los que aspiran a gobernar han hecho compromiso de seguir todo lo que está bien, corregir lo que esté mal, sin descartar cosas nuevas, que les permitan poner su SELLO DE IDENTIDAD.