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EN LA DIANA

Corrección cambiaria

Primer Tiro

Como se había pronosticado, la intervención del Banco Central en el mercado cambiario aceleró la devaluación anual y redujo sustancialmente la brecha entre la tasa de cambio para operaciones marginales y la aplicada a las operaciones normales. Cuando se analizan los resultados de las operaciones cambiarias del día 30 del pasado mes de septiembre, se obtiene que el tipo de cambio promedio de ese día, comparada con el promedio del mismo mes del año pasado, representaba una tasa de devaluación anualizada de 5.2%, significativamente superior al 3.2% que se obtiene si el mismo cálculo se realiza con los datos del 30 de agosto del año en curso. Aunque no se dispone del dato del tipo de cambio promedio de las operaciones marginales de los últimos días, es posible plantear que el aumento registrado durante el recién transcurrido mes produjo una drástica reducción (o cuasi eliminación) de la brecha entre los dos tipos de cambio, la cual a mediados del pasado mes llegó a un significativo e importante 1.4%, y la fuerza subyacente que lo produjo no es incertidumbre electoral, sino riesgo fiscal.

Segundo Tiro

Aunque hay que aclarar que reducir al mínimo las pérdidas cambiarias determina que las intervenciones del Banco Central se realicen a un tipo de cambio los más cercano posible al de las operaciones marginales (lo que implica que a mayor intervención cambiaria por parte del Banco Central, menor brecha entre los dos tipos de cambio), lo fundamental es determinar si este deslizamiento cambiario produce un nuevo balance de riesgos macroeconómicos en el que la devaluación observada coincide con la devaluación esperada. La teoría predice que ante una reducción de la Tasa de Política Monetaria (TPM), si las expectativas de devaluación se mantienen constante, o aumentan, las tasas de interés, en vez de disminuir, también permanecerían constante, o aumentarían. Por tanto, dos de las variables cuyo comportamiento puede ayudar a despejar las variables fundamentales del nuevo panorama macroeconómico son la tasa de interés (las registradas en el mercado financiero) y las exigidas a los títulos de deuda pública que financian el déficit fiscal del Gobierno.

Tercer Tiro

En esta columna se han ofrecido evidencias empíricas suficientes para apoyar la hipótesis de que las expectativas de devaluación se desbordaron durante los meses de julio y agosto, pues los mercados internalizaron los efectos esperados de la corrección de la brecha cambiaria. Dos fenómenos observados son más que suficiente. En primer lugar, entre el 30 de junio y el 25 de septiembre la posición internacional neta (activos internacionales menos pasivos internacionales) de las entidades de intermediación financiera aumentó en US$ 760.9 millones, mientras que el ahorro neto (ahorro menos préstamos) en moneda extranjera del sector privado aumentó en US$ 337.1 millones. Aunque las tasas activas actuales del mercado financiero todavía están por encima del promedio del mes de junio (mes anterior al inicio de la flexibilización cuantitativa del Banco Central), la tasa interbancaria (las que se cobran los bancos por préstamos entre sí) empezó a disminuir en el pasado mes, lo que permite pronosticar que en los próximos días las tasas de interés empezarán a disminuir.

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