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EL BULEVAR DE LA VIDA

El Príncipe y los políticos

En las primarias del domingo no es por Leonel ni por Gonzalo, por Luis ni por Hipólito por quien debería votar todo el que supere las cuatro décadas, sino por José José (J. J.) que nunca tuvo un partido político, pero sí una canción para cada corazón en bandolera.

Mientras nuestra clase política se esfuerza por lograr que la saquemos “de los suburbios de nuestra vida posible”, J. J., por el contrario, era el dueño de la banda sonora de nuestra vida sentimental. Además, con sus canciones no le rompió nunca el corazón a nadie... lo reparaba.

A diferencia de la partidocracia reinante en su versión morada que, sin humildad ni autocrítica se dirige inexorable a una refriega fratricida, José José sí admitía sus humanos errores: “Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida”, y ahí mismo advertía: “Pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi vida”.

Llegó al mundo artístico de la mano de una canción, La nave del olvido, (1969) y a los pocos meses... “El triste” (1970), y apareció Pérez Botija. Lanzaba diez canciones y las diez nos arañaban el corazón, como aquel “Secretos”, con canciones de Manuel Alejandro. Los políticos en cambio, no hay manera de que canten otra cosa que no sea su personal versión de “El Triste”, mientras J. J. caminaba con los años, y finalizando el siglo (1997), preguntaba a la que quisiera escucharlo, en Tesoros: “A dónde están las alas de las que presumías, la vez que más volaste fue cuando tú eras mía”.

Cuentan que por ganar un lugar en la gloria nos regaló “40 Y 20” (Dios se lo pague). Pero nuestros políticos, ya ven, es que no graban nada nuevo, y ahí siguen con/o sin delfines cantando el mismo desafinado Cambalache, sin renovación, sin sangre nueva ni nuevos sueños, apenas la política como el arte de lo posible.

Precisamente, la mayor grandeza de José José y sus canciones fue ayudarnos a hacer posibles amores improbables y cantarles: “Soy aquel dolor de ser/ por ti he vuelto a nacer/ soy polvo enamorado”.

¡Qué polvos! Nada que ver con estos polvos políticos que han traído estos lodos marrulleros, que el domingo podrían ensuciar la maltrecha democracia dominicana saturada de “Logística” y “Grasa”, mucha “Grasa”.

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