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POLÍTICA Y CULTURA

Johnny Abbes en Columbia University

Vivir jugándose la piel entre cortinajes y borrascas, matando hasta que la mano se le quema, haciendo del culto al Jefe un devocionario inigualable, aséptico y puntual desde aquel 1955, año de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, cita histórica de mandatarios y prelados, del Presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek al Cardenal de New York, Francis Joseph Spellman, seguidor del tristemente célebre Joseph McCarthy, partidario de la guerra de Viet Nam. Spellman envió sacerdotes a Santo Domingo en 1965 para apaciguar la rebeldía de los jóvenes que defendieron la Patria del invasor extranjero. Todo aquel reinado de la putrefacción de una Era, de un régimen decadente, figuras de todas partes del mundo acudieron gozosas, para estar presentes en aquel acontecimiento cimero de 25 años de la gloriosa Era de Trujillo ante un pueblo miserable, saqueado y vilipendiado. Y allí, el reinado, el poeta bufón declamando loas e inclinando la cerviz, ante la coronación de la Reina. Fue estar allí entre el público, como uno más, con una libreta de notas, con la última jugada y corrida de “Dicayagua”, derrotando al favorito de Ramfis y del Jefe, “Sombra” en el Hipódromo Perla Antillana, aquello fue como una victoria que golpeaba la escuadra del Jefe, y tú, Johnny, observando aquella magnificencia, sólo pensando en tu cita con el Jefe para impresionarlo, para que te becara en México, para servirle después con alma, vida y corazón. Después vendría todo. Luego te convertiría en temible torturador, asesino y custodia leal de aquella pesadilla tiránica. Han pasado muchos años, te han matado, te han revivido, te han hecho el libreto, y tú desandando como un fantasma de la ópera circense de nuestro tiempo. Y resulta que ahora, Johnny vas para la Universidad de Columbia. Vas a entrar al recinto sagrado de la palabra y la formación intelectual y académica. ¿Recuerdas la Universidad de Columbia? Allí mismo, a cuya salida secuestraron al escritor vasco Jesús de Galindez y lo llevaron a Ciudad Trujillo ante el Jefe. Tú no estabas todavía en el relevo homicida del Estado dominicano. Y ahora vas a entrar a ella para relatar tus hazañas, para hacer un recuento de todo el tramo histórico de tu vida. Una oportunidad que nadie quiere perderse. Johnny Abbes en Columbia University, entrando por la puerta grande. Te imagino husmeando desde alguna butaca apropiada, visualizando la burla a un país, sustentando una trayectoria delincuencial que al hablar, dice muchas verdades en esa repartición de culpas y deberes que fue el servicio de espionaje y represión de Trujillo.

Fue entonces vivir en la ansiedad absoluta, como me relató antes de morir, Carlos Gacel Castro, agente de la CIA igual que tú, amigo de fechorías en Guatemala y en otras partes del mundo. Ahora es, en Columbia University: “Johnny Abbes García, ¡vivo suelto y sin expediente!” el 28 de septiembre. Todos, incluso Johnny están invitados.

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