EEUU, RD y la embajadora Robin Bernstein

Sin menosprecio de las relaciones que República Dominicana mantiene con otras naciones, con Estados Unidos nos unen lazos más estrechos que con cualquier otro país del globo. Y en los actuales momentos esas relaciones se encuentren en su mejor momento, en gran medida como resultado de la gestión de la embajadora Robin Bernstein, cuya humildad y don de gente le ha permitido ganarse el aprecio de la sociedad dominicana.

Los niveles de diálogo político y cooperación comercial son excelentes. La interacción diplomática en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y en otros organismos multilaterales es fluida, lo que permite abordar los temas de mutuo interés de manera satisfactoria. Y la mejor muestra del interés de los Estados Unidos en fortalecer la relación comercial la ofreció el presidente Donald Trump, que no sólo recibió al presidente Medina en su residencia en el Sur de la Florida, sino que sus ofertas de apoyo e inversión se hicieron realidad inmediatamente, enviando al país a un emisario de primer nivel que desde entonces, junto con la Embajada, trabajan arduamente para aumentar el interés y el flujo de inversión estadounidense en el país.

Se ha fortalecido la cooperación en materias como la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el lavado de activos y la trata de personas. Se han firmado tratados para agilizar los procesos de extradición y se han ampliado las iniciativas de intercambio de información entre agencias reguladoras y tributarias, y el país ha robustecido el marco legal y los mecanismos de control y supervisión bancaria.

En el 2018 el flujo comercial entre ambos países alcanzó los trece mil ochocientos mil millones de dólares. Cifra que este año será superada. El año pasado 2.2 millones de turistas estadounidenses visitaron República Dominicana, y un millón y medio en los primeros siete meses de este año, a pesar de la grosera campaña que se auspició en contra de la seguridad turística del país. Y más de setecientos millones de dólares de inversión directa provinieron de capitales estadounidenses, la mayor parte en zonas francas, donde operan doscientos treinta empresas estadounidenses que crean decenas de miles de empleos directos e indirectos.

Recientemente en el Congreso de los Estados Unidos se formó el caucus dominicano. Una iniciativa del congresista Adriano Espaillat, con el soporte la embajada dominicana en Washington y la embajadora de EEUU en el país, que fue apoyada por buena parte del liderazgo congresional de los estados del nordeste donde reside la mayor parte de los dominicanos en esa gran nación...

Que son más de dos millones, remesan casi siete mil millones de dólares, invierten sus ahorros y pasan sus vacaciones en el país... Una diáspora trabajadora, integrada y de grandes aportes, que fortalece los lazos sociales, culturales, deportivos y políticos entre ambas sociedades.

Y debido a la importancia de esos vínculos, es que se resalta y se aprecia la labor de la embajadora Bernstein. Activa y trabajadora, afable y respetuosa, que ha demostrado sincero aprecio por este país y su gente...

Su designación fue un gran acierto del presidente Trump... Y se agradece.