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EN SALUD, ARTE Y SOCIEDAD

Por tu salud y la de todos, hazte donante

Quienes padecen enfermedades y traumas por disfuncionalidad orgánica o daño, efecto de múltiples causas, incluyendo accidentes, sufren el dilema que contrapone sus esperanzas y posibilidades de cura, recuperación y vida a un sistema de salud determinado.

El objeto de todo sistema de salud, sus infraestructuras, estrategias y servicios, es extender, a favor de las personas, la calidad de vida y alejar su final. Implica mantener y restaurar las capacidades orgánicas vitales o afectadas. En casos de gravedad que requieran intervención quirúrgica, puede demandar trasplantes de órganos y tejidos.

Por defecto congénito, herencia, hábitos, accidentes o enfermedades óincluyendo epidemiasó, los órganos sufren lesiones o resultan atrofiados. El organismo humano se descompensa y como el sistema es uno e interconectado, la lesión de un órgano afectará progresivamente el desempeño de otros e, incluso, la producción óptima de tejidos. Inversamente, la imposibilidad de producir tejidos en los niveles cualitativos y cuantitativos requeridos y la pérdida de estos por diversas circunstancias terminará afectando las funciones orgánicas óptimas y, en consecuencia, la calidad de vida.

Tales situaciones colocan a los pacientes ante las posibilidades de recuperación y cura que dependen de las opciones propias del nivel de calidad de su sistema de salud.

En el año 2010, el equipo de Inteligencia del “The Economist” publicó la primera edición de su “Índice de Calidad de la Muerte” (ICM). En él clasifican a los países “de acuerdo a su provisión de atención al final de la vida”, un cierre vital que puede ocurrir en cualquier momento y edad, efecto de múltiples factores.

Es difícil pensar e imaginar sistemas de salud independientes de la conducta y cultura de los ciudadanos. La carencia de hábitos sociales de donación de órganos y tejidos impulsa a la baja el perfil nacional en el ICM y hace previsible la paradoja y la tensión mencionada entre esperanza y posibilidad de cura vs sistemas donde la gente no dona órganos ni tejidos pero los quiere disponibles.

En algunos países subdesarrollados apenas existe el mecanismo de donación vinculante a la Cruz Roja Internacional.

Afortunadamente, en República Dominicana el gobierno recientemente entregó, a través de la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, el Hemocentro Nacional: un laboratorio-banco para acoger las donaciones de sangre de la población, procesarla y suplirla a favor de quienes la requieran.

En virtud de la Ley 329-98 sobre Donación y Legado de ”rganos y Tejidos para Trasplantes, y de la Ley General de Salud 42-01, se cuenta con el Consejo Nacional de Trasplantes (CNT) y el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (INCORT).

El Hemocentro Nacional y el INCORT han activado una campaña de aculturación, tendente a validar socialmente y establecer como responsabilidad colectiva el hábito de donar órganos y tejidos, incluyendo sangre.

“Hazte donante” es una iniciativa valiosa. Busca instalar una cultura de beneficio mutuo y valor altruista donde donando todos ganan salud.

Cuando algún familiar o relacionado requiere órganos o tejidos, se espera que estén disponibles. De aquí la importancia de apoyar al INCORT (www.incort.gob.do) y de donar sangre al Hemocentro Nacional.

Sin posponerlo más, por tu salud y la de todos, ¡hazte donante!

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