AMLO y el perdón
Al bueno de AMLO, quien a pesar de tener a Beatriz, su esposa, como asesora, continúa llamándoles españoles a quienes llegaron a México desde otro continente en lugar de castellanos por ser ciudadanos del reino de Castilla del cual partieron, le gustaría que de aquí un par de años, en el momento que una serie de eventos predeterminados sirvan para conmemorar independencia y revoluciones patrias, participe apoyando la idea de todo el mundo. En lo que él quiere titular Año de la Reconciliación, desearía que el perdón fuera el denominador común entre todos los que estuvieron involucrados en aquellos episodios los cuales habían de concretarse en un verdadero encuentro entre culturas, pero que finalmente acontecieron invasión, conquista y genocidio. El mismo AMLO quiere dar ejemplo y pedirá el perdón en nombre de aztecas y mayas de los que México se siente heredero con la finalidad de dar a entender que una auténtica reconciliación con los pueblos originarios se hace imprescindible al mismo tiempo que necesario desprenderse de cargas responsables que la extemporaneidad no ha podido apaciguar. Ha de saber, pero, que hace un par de años Venezuela pidió lo mismo a la Corona española y no logró nada. Y por lo que respecta al Estado del Vaticano, es conveniente recordarle al Presidente mexicano que ya han sido tres los papas que han pedido perdón por los hechos ocurridos en la conquista de las tierras mexicanas llevada a termino con los símbolos de cabecera de la cruz además del de la espada.
Hay quien dice que México tiene problemas más importantes y que esta petición sirve para distraer la atención de otras cuestiones y que el hecho no pasará de simple anécdota, pero lo que es bien cierto es que Hernán Cortés desembarcó en aquellas tierras, tomó posesión de ellas, las rebautizó como Nueva España y empezó a conquistarlas, incluso con la colaboración de pueblos sometidos enemistados con el poder establecido en aquellos momentos. De eso, la monarquía española, después de quinientos años, todavía ha de pedir perdón. Beatriz Gutiérrez, primera dama mexicana, apoyada por su propia tesis de post-grado sobre Bernal Díaz del Castillo, cae en el error de fijarse en este cronista como testigo de la Conquista, cuando desde hace años, gracias al historiador francés Christian Duverger, se ha sabido que fue el mismo Hernán Cortés el auténtico autor de los hechos descritos en “La historia verdadera de la conquista de la Nueva España”: A cada cual lo suyo.
Y, por cierto, a la Malintzín, Malinche o Marina, obsequio de los vencidos a los castellanos después de la primera batalla contra los indios de Tabasco, quienes la han de perdonar: ¿sus padres que la regalaron a unos comerciantes de Campeche, los indios de Tabasco quienes la recibieron más tarde, Cortés a quien le fue regalada, los mexicas, los castellanos, quién?
Investigador y escritor