Recordando a Antonio Zaglul

Lo conocí en New York, en febrero de 1975, luego de un acto en el que presentó su libro “Apuntes”.

En esos días me disponía a regresar al país, tras casi diez años de ausencia, cuando al doctor Antonio Zaglul, que se había sometido a chequeos médicos en la “ciudad que nunca duerme”, le diagnosticaron cáncer de estómago, si mi recuerdo no es impreciso.

Nuestro primer encuentro, memorable para mí, tuvo lugar en el popular West End Lounge ubicado en la calle 114 y Broadway, próximo a la Universidad de Columbia.

Me preparaba para regresar a Santo Domingo decidido a consagrarme, entre otras cosas, al estudio y difusión de la historia nacional, y desde hacía unos años ya publicaba artículos sobre temas históricos en la revista ¡Ahora!, El Nacional, La Noticia y el Listín Diario.

El doctor Zaglul, cariñosamente Toñito para amigos y familiares, para entonces era una figura de renombre lo mismo en el ámbito académico que en la sociedad en general.

Reconocido médico psiquiatra, profesor de la UASD y Decano de su Facultad de Medicina, se había convertido en un escritor de gran notoriedad y gozaba del respeto y cariño de sus conciudadanos. Nos acercó más el hecho de que mi esposa, como él, también era petromacorisana, hija de su amigo el doctor Munir Kury.

Años después, ocasionalmente lo visitaba en su consultorio de la calle Dr. Delgado, para intercambiar opiniones sobre temas de mutuo interés.

Hacia 1980 yo coordinaba un programa de conferencias nacionales que auspiciaba la Fundación Barceló Pro Cultura.

Entre los profesionales que me acompañaron por diferentes ciudades del país diseminando conocimientos, folklore y cultura, figuró el doctor Zaglul junto con otros dos prestantes profesionales: el periodista y escritor Mario Emilio Pérez, y el siempre bien recordado sociólogo Teófilo Barreiro.

En cierta ocasión, con ellos tres hicimos presentaciones verdaderamente memorables sobre el carácter del dominicano desde diferentes perspectivas: la del psiquiatra, la del sociólogo y la del costumbrista y sociógrafo.

Más adelante procuraré presentar una visión panorámica de la enorme contribución realizada por Toñito Zaglul a los estudios psico-históricos dominicanos con el fin de conocer una parte del alma nacional y, al mismo tiempo, comprender la estructura mental de la sociedad dominicana en diferentes etapas de su devenir histórico.