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Leonel Fernández, hacia las primarias con el viento en popa

Viento en popa se dice de las embarcaciones que singlan impulsadas por corrientes de aire cuya trayectoria coincide con la trazada por el capitán.

Hoy, el viento político tiene un inequívoco sentido pueblo-Palacio. Las últimas encuestas consultadas y los actos del liderazgo refieren una especie de dirección consensuada. En ella, hasta el momento, las velas del proyecto del expresidente Leonel Fernández, precandidato a la nominación presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), lucen henchidas de viento y vigor.

¿Cómo es posible ópreguntaránó después de tantos embates?

Es obvio que para los actores, votantes y articuladores políticos Leonel Fernández aparece como la opción más viable (racionalidad del mercado electoral). Entre las causales de tal retorno estaría lo que, en Política, está documentado y reiteró este ya casi candidato: el agotamiento de las opciones, junto a la radiante tozudez humana de perseverar en la esperanza.

El agotamiento supera el control de los líderes, quienes deben profesarle buena gana, honor y respeto, pues es quien construye oportunidades. Más en economías subdesarrolladas y pequeñas, con limitadas posibilidades de alcanzar niveles satisfactorios de gobernabilidad por la magnitud de las deudas sociales acumuladas, y la fragilidad productiva expresada en deficientes creaciones de riquezas y valor agregado, y alta demanda de divisas...

Lo hereda cada gobernante. En tales coordenadas ha de desenvolverse.

Independientemente del nivel de calidad evidente de la gestión del presidente Danilo Medina y de otras razones, se ha dicho que la aspiración a un tercer período consecutivo colapsó bajo la amplia consciencia ciudadana sobre el vigor de los términos constitucionales relativos al período de mandato de los funcionarios electos.

Otras razones, derivadas del racionalismo extremo del equipo de tercer nivel y algunos de segundo nivel del que se rodeó el Ejecutivo, impidieron construir un clima aprobatorio que impulsara a la ciudadanía, al empresariado y al PLD a favor de la reforma.

Para imponerse, el presidente Danilo Medina no los presionó.

Asumiendo como metáfora dos heroicas causas históricas nacionales recientes (constitucionalismo y antirreelección), el doctor Fernández botó su buque a un mar atiborrado de nubes grises, llevando su mensaje sin marcha atrás: ¡No se toca la Constitución! Regresó con las cubiertas de alojamiento e intemperie atestadas de gente esperanzada en su destino mejor.

A través de Juan Bosch y John Bartlow Martin consultó los oráculos. Poseidón limpió su ruta de sargazos y quien como Odiseo se aventuró a aguas procelosas e inciertas, Leonel arriba con su recuperada calidad de hijo distinguido y de primera de su pueblo y organización.

Conciliador y firme, sus virtudes políticas y de gobernante acreditan al partido que lo promueve y al que pertenece por origen y formación, para servir a las mayorías. Regresa con la experiencia del gobernante, del éxito y el ostracismo. Del amor, el compromiso y el perdón. Acuñado en la intimidad silenciosa de los sueños y esperanzas de las mayorías.

En un entorno así, ¿procede que el PLD se ahorre los gastos de las primarias, proclamando a Leonel Fernández su candidato a la Presidencia, a través de una gran, nacional y festiva ovación?

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