Lago Titicaca y Machu Pichu

Era el final de la década de los 70. Francia y yo operábamos la agencia “Ellis Viajes”. Se organizaba la convención de Agentes de Viajes de Latinoamérica en La Paz, Bolivia, y decidimos asistir. Volamos Santo Domingo-Miami-Lima-La Paz.

En el vuelo Lima, La Paz, se nos advirtió que en razón de la altura en que se encontraba el aeropuerto de El Alto debíamos no tomar alcohol durante el vuelo y caminar despacio desde la rampa hasta el interior del aeropuerto.

Llegamos de noche, hacía mucho frio y la brisa era muy fuerte, lo que hacía que el frio penetrara inmisericordemente, nos vimos forzados a correr.

Al entrar a la terminal, Francia se dio cuenta que yo estaba perdiendo el color rápidamente, por suerte me agarró a tiempo y me dejó caer en un asiento antes de que perdiera el conocimiento.

Nunca lo olvidare. Inmediatamente, alguien sugirió que tomara un mate de coca para revivirme, y así mismo fue.

Resultó ser una magnífica convención, bajo la organización y las amabilidades de Lucio García, Director General de Turismo de Bolivia.

Una de las personas que conocimos durante el evento fue Claudio Meffert, quien era gerente de uno de los principales hoteles del Cusco y quien nos convenció de que no debíamos abandonar la región sin conocer el Machu Pichu y que podíamos irnos juntos desde La Paz hasta el Cusco con un cruce por el lago Titicaca, para llegar hasta Puno, Perú, donde él tendría su vehículo. Le tomamos la palabra.

El viaje sobre el lago resultó muy interesante porque la travesía se realizaba en un hidrofoil, que íbamos a experimentar por primera vez, con su toque distintivo de que al tomar velocidad se elevaba y flotaba sobre las aguas.

Hicimos la parada en Puno, donde pernoctamos con un frio muy sentido en un hotelito muy modesto.

Era fin de semana y el cruce por el camino con Claudio resultó sumamente colorido al pasar por diferentes y pequeños poblados, con sus ferias agrícolas y artesanales.

La experiencia de subir y experimentar la sensación del Machu Pichu no es para contarla, es para vivirla.

A Claudio Meffert lo volvería a ver en Santo Domingo como delegado de la naciente industria Moda España y luego nos encontramos con la sorpresa de que era el Gerente Ejecutivo de la Feria Internacional de Turismo Fitur, que se inauguró en el 1981, y permaneció al frente de la misma durante 12 años. ¡Experiencia inolvidable!