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POLÍTICA Y CULTURA

¡Hay una deuda con Muñoz Marín!

Hay una deuda no saldada históricamente, con el ex Gobernador de Puerto Rico, Luis Muñoz Marín. Independientemente del quehacer político y del ejercicio de poder ejercido por éste, cuando del campo del independentismo puro y simple, pasó a asumir el concepto de “Estado Libre y Asociado”, Muñoz Marín, observó una conducta solidaria con la lucha democrática del pueblo dominicano, contra el Trujillato, actitud de enfrentamiento a la tiranía y solidaridad con los exilados dominicanos.

Todavía no se ha valorado la firmeza y el compromiso de Muñoz Marín, con la causa del retorno a la constitucionalidad y la reposición de Juan Bosch como Presidente de la República Dominicana en abril de 1965, aunque los documentos desclasificados del Departamento de Estado norteamericano, lo muestran claramente como opositor firme a la Intervención Militar de Estados Unidos en nuestra Patria, “metida de pata”, como la llamó entonces.

El 11 de julio de 1963, Luis Muñoz Marín trajo a la República Dominicana al gran cellista español Pablo Casals, acompañado de su Orquesta Sinfónica.

Muñoz Marín dijo entonces que la presentación de Casals, considerado el músico más reverenciado de la época, era su colaboración con el gobierno de su amigo, Juan Bosch, en la persona de Casals, a quien llamó “un eminente de la música, de las virtudes humanas y de la libertad”.

El evento llevó por nombre “Festival Casals” y se celebró en horas de la noche en el Palacio de Bellas Artes, dirigido por el director de la orquesta, Robert Shaw, y la Novena Sinfonía de Beethoven (Coral), bajo la dirección del maestro Casals. Casals, violonchelista, nacido en Vendrell, Cataluña, España, en 1876, rabiosamente anti Franco y anti Trujillo, tenía 87 años de edad y su presencia fue un acontecimiento cultural de dimensiones siderales.

Cuando Bosch fue derrocado por la conjura siniestra de la oligarquía, Muñoz Marín lo acogió en Puerto Rico, y lo hospedó en “La Fortaleza”, residencia oficial del Gobernador. Muñoz Marín condenó el Golpe contra Bosch. Y cuando se produjo el levantamiento glorioso de abril del 65, se puso a la cabeza del grupo de asesores del ala liberal del Presidente Johnson, para abogar por el retiro inmediato de las tropas de ocupación. Hay toda una historia y documentos probatorios de esa batalla diplomática que se expresaría en la “fórmula Guzmán”, aprobada por Bosch, en una reunión histórica celebrada en la casa privada de Muñoz en el poblado de “Trujillo Alto”, y que fue abortada por el “Pentágono” al asesinar por la espalda al héroe nacional, coronel Rafael Fernández Domínguez.

Cuando le preguntaron a Muñoz Marín, por la caída de Fernández Domínguez, tiroteado por los marines en Santo Domingo, expresó: “me siento avergonzado de ser ciudadano norteamericano”. Un día, buscaremos su tumba y le llevaremos hortensias moradas y blancas, claveles y rosas, para sencillamente, darles las gracias en nombre de la memoria histórica del pueblo dominicano.

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