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EL BULEVAR DE LA VIDA

La mar

El viernes hablábamos aquí del león y los defines, pero nos faltó la mar. Esa mar que equilibra el globo terráqueo en su redondez y que, si se lo hubiesen permitido, pudo también equilibrar el globo en banda del PLD. Solo que, en ese partido el león se ha tomado en serio lo de volver a ser rey de la selva, y en eso está.

Durante los últimos cinco años uno había “hecho y rehecho los trayectos” político-electorales posibles del PLD, y hasta “había apostado a inventar la verdad”, o por lo menos a encontrarla, solo que estos peledeístas “siempre encuentran la manera implacable de desahuciar”, no el amor, sino nuestras propuestas que sugerían que para este 2019 “estuviera linda la mar” para que en mayo floreciera la unidad partidaria, y se detuvieran las mediáticas y rastreras puñaladas entre los kamikazes. Pero no. A esa y otras propuestas nuestras, los señores, “con un solo pronóstico”, las borraron y las enterraron en los suburbios de sus nostalgias triunfalistas. ¡Es tan difícil argumentar contra el éxito mientras no llega el fracaso! Y ahí sigue la mar, atrapada en su altísima valoración, en su condición de militante, dirigente, funcionaria y compañera de vida de uno de los dos administradores de una supuesta fábrica de presidentes, más improductiva que las que manufacturaban carros Lada de la era soviética, pues en 20 años no han sacado más que dos modelos: El “León”, que salió a la venta en 1994 y está a punto de anunciar su versión 2020, y “El Sureño”, lanzado en 2000, que hace los ajustes de Constitución para construir el modelo 2024.

Y la mar sigue en su dilema: Por un asunto más familiar que político es difícil que pueda apoyar o ser apoyada por el sector Medina; pero, y a pesar de lo mismo, tampoco será apoyada por Fernández, lo que podrían lamentar todos los peledeístas si en las primarias de octubre terminaran ahogados en el pozo del infierno de sus desconfianzas, marrullas y ambiciones.

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