Modernización fronteriza

El liderazgo empresarial dominicano y haitiano debe constituir una coalición intrafronteriza para promover negocios e inversiones en ambos bandos en la bautizada isla Hispaniola. Los intentos que se han promovido, unos pocos exitosos, otros en etapa de incubación y otros en carpetas, son partes de estos objetivos. Muchos proyectos que tienen que ver con el desarrollo de infraestructura y cooperación externa no han podido materializarse por la existencia de un complicado embrollo cultural y burocrático. Y me refiero a proyectos que podrían tener la financiación de agencias de cooperación internacional. Ha sido difícil hasta poner en pleno funcionamiento la denominada Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana, institución promovida por la Unión Europea y los gobiernos de los dos países. La cultura de desconfianza que subyace -es un factor de muchos otros - de la frialdad de las relaciones dominico-haitiano. Los canales de comunicación y diálogo entre las partes oficiales deben ser mejorados y eficientizados han dicho dos importantes personalidades haitianas en declaraciones al Listín Diario. Una coalición empresarial binacional quizás tenga problemas de estructuración y representación al principio, pero pudiera funcionar, si existiese voluntad entre sus promotores. La iniciativa privada es un ente clave en esta tarea. Los multilaterales como, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversión, para mencionar algunos, serían los más interesados en apoyar iniciativas binacionales que impacten en el desarrollo económico y social del entorno fronterizo. Con el empuje de entidades académicas norteamericanas como Texas A&M University se viene promoviendo la Iniciativa Laredo, que quieren cooperar en la institucionalización de nuestro tramo fronterizo y convertirlo en modelo de desarrollo y control migratorio. Se pueden crear las llamadas “zonas económicas especiales,” que es un concepto más amplio y diversificado del patrón de las zonas francas de exportación. Otro ejemplo alternativo es el modelo de gestión fronteriza México-Guatemala-Belice. Fortalecer la seguridad fronteriza contribuye a resguardar la soberanía de ambos Estados.