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EL BULEVAR DE LA VIDA

Los delfines

Definido ya el leonelismo con su león único, es hora de pasar revista al acuario danilista y sus delfines. Comencemos por decir que, en el momento en que Danilo Medina reiteró la necesidad de “sangre nueva” en el PLD, sin que fuera su intención sacó de competencia a cuatro de los aspirantes, Pared, Segura, Montás y Amarante, cuya cualidad más destacada es su vastísima experiencia como altos dirigentes del partido y como funcionarios públicos, lo que reduce la lista a los “relativamente jóvenes”, Gonzalo Castillo, Francisco Domínguez Brito y Andrés Navarro (el orden es alfabético). Veamos debilidades y fortaleces de cada uno.

Andrés Navarro. Tiene a su favor su juventud de años y de ideas, mezclado con una experiencia de Estado que incluye lo municipal, las relaciones exteriores y la educación. Como ocurre con Gonzalo, más que un hombre de confianza del presidente es su pupilo. En su contra tiene Andrés -y lo mismo ocurre con Gonzalo-, el no ser una figura nacional de la política (que no es lo mismo que ser reconocido como funcionario público), lo que deberá revertir en una campaña de apenas seis semanas.

Gonzalo Castillo. Además de lo anterior, Gonzalo es percibido por la ciudadanía como un funcionario de excelente desempeño. Es el único con fortuna personal (muy anterior a agosto 2012), lo que será de gran ayuda en una campaña inevitablemente costosa, con un electorado ya sin fe y más “aterrizado” y pragmático que un mecánico de pueblo. Igual que Navarro, en su contra corre el tiempo, pues no es una figura política de reconocimiento nacional, y hasta 2012 fue un peledeísta de muy bajo perfil, a pesar de ser una pieza clave de la tendencia de Medina desde hace más de 25 años. ¿Cómo será aceptado en el electorado este buen gerente/funcionario, ahora en el rol de político candidato? Es algo que sólo el tiempo dirá. Bueno, digamos que el tiempo y la próxima Gallup.

De este grupo falta Domínguez Brito, que encabeza las preferencias entre los delfines y, -aunque no pertenece a ninguno de los dos grupos enfrentados- también falta la vicepresidente Margarita Cedeño que debería/ debió/ debe ser el instrumento ideal para unificar a un PLD empecinado en dañarse y rumiar públicamente sus rencores. De ellos dos hablaremos en otra entrega.

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