El descuido, el olvido

La sociedad civil, tan metida en política y buscando posiciones electivas en los partidos, en desmedro de sus reales militantes, se olvida un poco de la nueva legislación. De la falta de reglamentos.

Reaccionó y sometió ante la Junta Central Electoral a dos encuestadoras, pero solo después que eran noticia, y no por los resultados de sus mediciones, sino por no identificar a sus patrocinadores.

Incluso los periodistas se le adelantaron y pusieron en auto y emplazaron las firmas (o por lo menos a una de ellas) al momento de la rueda de prensa.

La falla tuvo que ver con el descuido o retraso del organismo de elecciones de no precisar normas. Las leyes se bastan, pero los reglamentos son necesarios, ya que ponen los puntos sobre las íes.

Las encuestadoras se hacen las locas, y a conveniencia. La JCE no solo publicó un comunicado a manera de recordatorio, sino que igual envió una carta de manera colectiva a todas las empresas.

Habrá que ver a partir de ahora cómo se comportarán.

Igual se carece de reglamentos para lo dispuesto en cuanto al financiamiento de campaña y la publicidad y propaganda, dos aspectos importantes y por ahora subversivos.

No puede decirse que la ley sea restrictiva en lo que se refiere al gasto, y debe considerársele laxa, generosa. Aunque la práctica supera lo establecido.

El costo de campaña se dispara, y si no existe una observación rigurosa de parte de la Junta Central Electoral, el desenfreno desvirtuará el propósito.

La publicidad y la propaganda no tienen concierto y cada cual se libra de acuerdo a los modos antiguos. El candidato gasta hasta donde le alcanza el bolsillo, y hay bolsillos que se pasan de desahogados.

Lo peor de todo es que por olvido o retraso (vuelvo a los términos) se intentará poner candado después del robo. Más que pauta, lo que se dará, cuando se organicen o apliquen los nuevos esquemas, serán correcciones.

Y tal vez la JCE no se atreva a contrariar candidatos.