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FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO

Hospital de enfermos sexuales

¿Será que el mundo y la República Dominicana se están convirtiendo en un gran hospital de enfermos sexuales? No cabe dudas de que la conducta sexual se ha enfermado en forma tal que el mundo parece haberse convertido en un gran hospital de enfermos sexuales. Quien no cojea de un lado, cojea del otro.

Esta enfermedad se manifiesta en formas diversas: promiscuidad, permisividad, fragilidad en el matrimonio y en los compromisos familiares, homosexualidad, lesbianismo, promoción de la ideología de género. Me decía una psiquiatra que la ideología de género no cabe en un manicomio; tan grande es ese disparate.

El desorden sexual reinante no sólo pretende ser algo socialmente aceptable, sino que empuja a la sociedad para que lo inscriba como un derecho, cuya protección, el Estado debe garantizar jurídicamente.

Ver la enfermedad como salud, el desorden sexual como un motivo de orgullo y un derecho, sobrepasa la capacidad de asimilación de las nuevas generaciones, que nacen ya de por sí traumatizadas por un entorno familiar en crisis profunda. Estamos “vuelto loco y sin idea”.

La sociedad está empujando a la promiscuidad sexual a través de la desarticulación masiva del matrimonio y la familia, promoción y repartición de preservativos en las escuelas y sitios públicos, mientras por otra parte se lanza el grito al cielo por la situación de embarazos en adolescentes, que es consecuencia directa de los factores antes señalados.

Esta situación de enfermedad sexual pone a la sociedad entre la espada y la pared. Sólo hay dos salidas: la primera es dejar que la situación prosiga su agitado curso, interviniendo con métodos que, en lugar de aportar a la solución del problema, lo empeoran.

La otra salida consiste en enderezar la cabeza de la sociedad, de tal manera que ubique la dimensión sexual en un marco de valores, se fortalezca el matrimonio y la familia, como primera escuela de orientación y se adopten políticas públicas bien definidas en que no se coquetee con campañas internacionales que pretenden dar al caos sexual imperante la connotación de modernismo y desarrollo.

La situación se complica y el carro al andar se atasca. y todo el mundo se rasca sin saber dónde le pica.

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