En medio de la reunión

El presidente Danilo Medina fue a la reunión del grupo Otan del pasado lunes. No fue una visita sorpresa, pero sí inesperado el tema que trató.

Informó que deseaba la habilitación, pero que no estaba dispuesto a hacer nada indebido ni ilícito. El negocio que durante meses se dio como hecho nunca tuvo lugar, pues ni siquiera se entró en la consideración los votos en las cámaras.

La fábula fue un engaño, y tal vez pase a la historia como el montaje más prodigioso de la política dominicana. Goebbels fue un niño de teta ante los artífices de la propaganda del sector oponente.

La reacción, como era lógico, afloró al instante, y se argumentó en contra con las más diversas razones y posibilidades.

Unos alegaban que ya descartada la reforma él debía esperar un tiempo más y no hacer el anuncio tan pronto, como era la noche del lunes.

La idea era que podía buscarse un entendimiento que favoreciera la habilitación sobre bases nuevas. Otros planteaban lo contrario. Que había que proceder, pues nada garantizaba una mudanza de situación.

El resto se conoce. El jefe del Estado habló, tal y como se había propuesto, y hoy se le tiene como héroe civil, casi prócer.

Ha habido, como a veces ocurre, más generosidad que mezquindad, y el reconocimiento abunda. Iba a meter al país debajo de una patana, no lo hizo, y ahora se le enaltece como si hubiera salvado la patria.

La política sin embargo sigue su agitado curso, y desde ayer temprano las reuniones con sus más cercanos parciales se sucedieron, y más que frustración, el ánimo es de lucha.

A los precandidatos se les dijo que deben intensificar el trabajo político y que dentro de más o menos un mes se hará una encuesta para determinar ascendiente, penetración y potenciales.

Entonces y solo entonces ese preferido de las bases o las masas tendrá apoyo oficial. No hay por tanto delfín a la vista, sino espacios para acreditarse.

Aunque deben saber que otros compañeros entrarán a la pista, y la competencia será más cerrada.