La militarización del Congreso

La semana recién transcurrida ocurrió un hecho de extrema gravedad.

El presidente Medina, en un acto desesperado, ordenó en violación al artículo 252 de la Constitución el uso de nuestras Fuerzas Armadas para ocupar militarmente el Palacio del Congreso las primeras horas de la mañana del lunes pasado.

Las fotos e imágenes de armas largas, tanquetas y jeep militar Hommer usados en la guerra de Irak y Afganistán le dieron la vuelta al mundo en horas provocando un daño inmenso a la imagen del país, en momentos en que el turismo, principal industria generadora de divisas, atraviesa por uno de sus momentos más difíciles en las últimas décadas, víctima de informaciones masivas sobre muertes de turistas norteamericanos en nuestro país y el atentado al astro del baseball David Ortiz.

Al caer la tarde de ese mismo lunes otro hecho gravísimo sacudió la conciencia nacional: en un hecho sin precedentes en la historia, esas fuerzas militares reprimieron a varios legisladores y a un pequeño grupo de jóvenes que intentaban armar una carpa en las afueras del Congreso, para lo cual previamente habían logrado un permiso del Ayuntamiento DN.

El presidente Medina y su equipo más íntimo quisieron enviar una clara señal de intimidación que procuraba meter miedo a protestas pacíficas y cívicas protegidas por la Constitución, en contra de planes macabros de sobornos y zarpazo constitucional a través de una espuria reforma, para lo cual no se tienen los votos.

Danilo, llevándose de una serie de paniaguados que pasan el día “dándole cuerda”, como decimos los dominicanos, quiso dar una demostración de fuerza de que “el poder hay que usarlo”; que “al poder no se desafía” y una serie de clichés que tienen origen en épocas pasadas y felizmente superadas por el pueblo dominicano.

Lejos de amedrentar, la militarización del Congreso indignó al pueblo dominicano, el indómito y bravo que describe nuestro glorioso himno, que va a luchar en las calles y frente al Congreso por su democracia y en contra de los planes de dictadura. Los mismos planes que el Viernes Santo, en el Sermón de las 7 Palabras, advirtiera la iglesia Católica.

24 horas después de haber convertido el Congreso en una virtual zona de guerra, las masas desafiaron el cerco y fueron cívicamente a protestar contra el atraco constitucional.

De forma correcta, el principal candidato de la oposición y líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM) le advirtió al presidente Danilo Medina que tan pronto intente iniciar una reforma constitucional irá al Congreso acompañado de las masas de su partido y de las fuerzas vivas de la sociedad dominicana, que luchará con todas sus fuerzas para impedir el asalto a la Constitución.

Lo mismo hará el Dr. Leonel Fernández y los 2 millones de dominicanos que le siguen. Julio será un mes clave para la defensa de la República. El pueblo se unirá como nunca antes a enfrentar los planes de la reforma constitucional. En este país no habrá dictadura ni reelección indefinida.

No importa lo que pase, ni las consecuencias.