La incultura

La tecnología mal aplicada puede llevar a la incultura. Asimilamos los resultados que nos brindan sin preocuparnos por los procesos que los originaron.

Entendemos que el analfabetismo se vence por el solo hecho de saber leer y escribir, perteneciendo a un mercado que gira alrededor de la simpleza con que se nos guía, para obtener la medida de las necesidades de nuestros apetitos. Lo superficial, frívolo, elemental y coyuntural, ha creado una clase dominante que obedecen a procedimientos que condicionan al individuo a no profundizar en los conceptos que lo hacen un ente independiente capaz de fijar sus propias convicciones, y con ellas, sus propios propósitos de vida.

Educarnos no es depender del producto acabado de la tecnología y de los medios masivos de comunicación; educarnos es el resultado de la investigación que nos da la diferencia de pensar con libertad de criterio.

El reto está frente a nosotros en la medida que profundicemos y nos concienticemos a nosotros mismos, con el discernimiento como llave para aumentar nuestro intelecto.