BC y altas notas

Como nos tienen acostumbrados - y en lo que han roto récord y ya han hecho historia - el Banco Central y las autoridades monetarias del país, con el gobernador Héctor Valdez Albizu y su calificado equipo técnico a la cabeza, vuelven a pasar con muy buenas notas la difícil prueba de un manejo correcto de la economía interna, frente un entorno internacional cada vez más cambiante y confuso.

Comprobado un crecimiento económico sin precedentes de un 7% en el 2018 y un impulso positivo que se mantiene en el primer tramo del 2019, así como un bajo nivel de inflación y una notable mejoría de las cuentas externas que, a la fecha, han permitido una acumulación histórica de reservas internacionales que ronda los ocho mil millones de dólares, el Directorio Ejecutivo del FMI concluyó una consulta a Republica Dominicana en la que los representantes elogian a las autoridades por el “solido desempeño económico de los últimos años “ y por “los continuos esfuerzos para fortalecer el marco de la política monetaria”.

Y no solo eso... Recién haber liberado el Banco Central más de 29,000 millones del encaje legal de la banca comercial para prestarlos a una tasa de 9% para fines agrícolas, viviendas, manufactura , Pymes y otras actividades productivas, los directivos del FMI que analizaron y fijaron una mirada especial a la realidad de la economía del país (con todo y tener de frente la incertidumbre propia de la lucha por la candidatura presidencial en el partido de gobierno y algunos temores de que ambiciones de poder desbordadas llevarán a alterar el orden institucional ) concluyen en su consulta que “las perspectivas son favorables, los riesgos para el crecimiento son moderados y están equilibrados”.

A partir de ahí , lo que nos corresponde es fajarnos a defender la imagen del país -muy zarandeada en los últimos días-, para que la paz social y estabilidad macroeconómica se mantengan; para que el clima de confianza favorable a la inversión extranjera y la visita de turistas no se pierdan, atrapados por una competencia que nos acecha y que en ocasiones, con campañas sucias o con malas artes, busca sacarnos de juego o sencillamente ocupar nuestros espacios(¿).

Entonces, a tener el “ojo pelado”, y a proceder con sentido de país. La paz y el país, primero. Lo demás, después. Aunque sin instituciones fuertes y una cultura constitucional, no hay garantía de paz ni de país.