FE Y ACONTECER
“Ven Espíritu Santo”
Solemnidad de Pentecostés - 9 de junio 2019 - Ciclo C
a) Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11.
Estos versículos describen la escena en que el Espíritu desciende sobre el grupo apostólico el día de Pentecostés; es visible en ellos la fuerza y el dinamismo de lo alto, comprendieron todo lo que Jesús les había enseñado, captaron plenamente el misterio de Jesús el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador del mundo, el Señor glorioso y la esperanza de la humanidad. Ahora necesitan comunicar a los demás aquel trascendental descubrimiento.
Y así, por la fuerza del Espíritu aquellos pobres galileos se transformaron en Apóstoles y Testigos de la Buena Noticia de Jesucristo.
b) De la primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 3-13.
San Pablo instaura la confesión de la soberanía de Jesucristo como norma clara para discernir las manifestaciones carismáticas y ahonda en la naturaleza de los carismas, recalcando y explicando que los carismas tienen su origen en el Espíritu Santo, que es la base de todo. A todos los carismas los llama “manifestaciones del Espíritu,” y los atribuye expresamente al Espíritu.
La diversidad de carismas auténticos en los miembros de la comunidad no se contrapone a la unidad de esta porque los diversos dones y ministerios coinciden en su origen que es el Espíritu de Dios y cuya finalidad es edificar la comunidad, para la unidad y la complementariedad, como sucede con los miembros del cuerpo.
c) Del Evangelio de San Juan 20, 19-23.
En este fragmento San Juan nos manifiesta que los apóstoles estaban paralizados por el temor, les faltaba la presencia de Jesús y el don del Espíritu que Él les infundió con su visita: “Estaban reunidos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos” (v. 19).
Esta actitud se repite en muchos cristianos, miedo y temor rondan hoy también a la Iglesia. Se tiene miedo y no se es testigo por no creer en la fuerza del Espíritu para anunciar la Resurrección de Jesús como la esperanza de la humanidad, como verdad que vence la injusticia, como vida que supera la muerte y la opresión, como amor y fraternidad que derrotan al odio y a la violencia. En la medida en que se ausenta el Espíritu disminuye la fe y la esperanza en Jesús y crece el miedo.
El testimonio de los Apóstoles es lección perenne en la comunidad eclesial, a partir de Pentecostés fueron hombres radicalmente nuevos y pudieron predicar con valor y autenticidad. La secuencia “Ven Espíritu divino”, resume la situación de millones de seres humanos que se sienten profundamente insatisfechos de su vida sin sentido, carentes de razones para vivir, trabajar y amar a los demás, sin proyección hacia la trascendencia que supera todas sus limitaciones e incapaces de llenar su inmensa capacidad de felicidad: “Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento”.